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La dependencia energética y el desmantelamiento industrial son más patentes cada día

Qué está en juego el 23J (V) | Derribar centrales térmicas y presas o reindustrializar España

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El próximo domingo, los españoles tendrán en su mano, mediante el uso del voto como herramienta, terminar con la dependencia energética y el desmantelamiento industrial de España o hacer que todo siga igual.

Las elecciones generales del 23 de julio son cruciales para el futuro de España y los españoles. Así lo afirma toda la clase política sin excepción y los analistas que se pasean de manera permanente por las televisiones.

La energía y la industria han estado presentes en esta campaña, aunque en menor medida que meses atrás en los que se empezaron a desbocar los precios de la luz y muchas familias no podían hacer frente a las enormes facturas que les llegaban. Ahora los españoles se han acostumbrado a esos exagerados precios y lo que parecía extraño ahora es habitual.

Aun así, muchos ciudadanos siguen añorando unos precios de la electricidad asequible tanto en sus hogares como en sus negocios y se preguntan ¿qué modelos proponen los principales partidos de cara al 23J?

Pese a que hay cuatro principales partidos con opciones de gobierno, sólo hay dos modelos en materia energética: el actual modelo, defendido por PP, PSOE y Sumar y un modelo de soberanía energética defendido por VOX.

Las propuestas de PP, PSOE y Sumar son prácticamente idénticas en lo que a energía se refiere porque ambos han aceptado tanto las imposiciones de la agenda 2030 como de los burócratas de Bruselas, que lo que buscan es que con la excusa del cambio climático, se cargue de impuestos a la electricidad y se desmantelen las fuentes de energía que no son renovables.

Por su parte, los de Santiago Abascal defienden, y así consta en su programa electoral un Plan Nacional de soberanía energética que en definitiva lo que busca es hacer de España una nación menos dependiente.

Para poner en práctica ese plan, la formación verde quiere derogar la ley de cambio climático para poder explorar y explotar los recursos naturales nacionales y así obtener energía, algo que choca de manera frontal tanto con la izquierda como con el PP que se han erigido en defensores de esa ley.

Por otra parte, mientras PP, PSOE y Sumar apuestan por obedecer a Bruselas en el mantenimiento de los derechos de emisión de CO2 que encarecen la factura eléctrica, en VOX quieren eliminar ese impuesto encubierto que encarece en gran medida la factura de la luz.

En el ámbito de la energía nuclear la cosa parece ir más por bloques en teoría, dado que tanto PP como VOX se han mostrado a favor de esta —aunque el PP aplaudió el cierre de Garoña—, mientras que la izquierda pretende terminar con ella en España, pese a ser una de las energías más seguras según la comunidad científica.

Una media que ofrece únicamente VOX es la de preguntar a los españoles en referéndum, en base al artículo 92 de la Constitución española, sobre el modelo energético que quieren para su país, al considerar la formación que este tema afecta «de manera trascendental» en sus vidas.

Industria

En materia industrial ocurre algo similar, con todos los partidos. En teoría, tanto PP como PSOE, VOX y Sumar quieren de una manera u otra apoyar a la industria, pero entrando en el detalle de los programas y en sus acciones de gobierno se concluye que sólo los de Santiago Abascal apuestan verdaderamente por la reindustrialización.

En el caso del PP, su apoyo a la industria en declaraciones públicas es permanente, pero a la hora de poner en práctica sus medidas compra la misma agenda verde que PSOE y Sumar y eso lleva a que, por ejemplo, la industria del carbón en Asturias y León se viese totalmente desprotegida con un gobierno del PP.

PSOE y Sumar por su parte apuestan por la llamada industrialización verde, que en verdad supone cerrar casi toda la industria nacional y abir unos pocos sectores industriales muy localizados y que generan pocos puestos de trabajo. Un buen ejemplo de esto son los planes de Pedro Sánchez con la industria de la automoción, que pretende que sólo fabrique coches eléctricos, algo que dejaría un muy reducido número de fábricas y llevaría al paro a miles de familias.

Estos son los dos modelos que se enfrentan en estas elecciones en materia energética e industrial, ahora son los españoles los que con su voto decidirán si apuestan por el continuismo o por un cambio de modelo.

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