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Marruecos compra a EEUU 18 antimisiles HIMARS

Sánchez incrementa las ayudas a Marruecos mientras Rabat compra el lanzamisiles más avanzado del mundo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el jefe de Gobierno del Reino de Marruecos, Aziz Akhannouch. David Zorrakino / Europa Press

El Consejo de Ministros aprobó el martes la concesión de un crédito reembolsable desligado por un importe de cinco millones de euros para el suministro e instalación de dos plantas potabilizadoras en Marruecos, en línea con la estrategia del Gobierno de «dar un nuevo paso» en las relaciones comerciales con el país vecino.

El proyecto consiste en el aprovisionamiento de agua potable mediante el suministro e instalación de dos plantas compactas de tratamiento por ósmosis inversa con el fin de reducir el contenido de sales minerales del agua en las localidades de Zag y Moulay Brahim.

El Ejecutivo considera que este proyecto es «de importancia estratégica» para España, porque permite «avanzar en las relaciones entre ambos países». Sin embargo, sorprende que el Gobierno de Pedro Sánchez colabore en la lucha contra la sequía en Marruecos mientras ayuda a su agravamiento en España—que ya se encuentra en una sequía metereologica que empeorará en los próximos meses, según la AEMET— con la destrucción masiva de barreras fluviales.

En 2021 y en cumplimiento de la agenda climática que busca «recuperar la naturalidad de los ríos», España fue el país de Europa que más presas, represas y azudes destruyó, con el derribo de 108 construcciones de las 239 desmanteladas en el continente.

La generosa actitud de Sánchez para con Marruecos con esta nueva inyección de dinero sorprende en un momento en el que el reino de Mohamed VI acumula desmanes contra la soberanía española. El último de ellos esta misma semana, de boca del presidente del Senado marroquí que aseguró que las ciudades de Ceuta y Melilla están «ocupadas» por España y dijo que veía factible recuperarlas en un futuro por la vía de la negociación «sin recurrir a las armas».

Sin embargo, la ayuda del Gobierno a la potabilización de Marruecos es sólo una mínima parte de la lista de subvenciones que en enero superaron los 120 millones de euros y que el Ejecutivo socialista ha otorgado al reino con la excusa de un falso «control migratorio» que no impide el goteo de entradas de ilegales en el país. Añadidas a estas, los 800 millones que el Ejecutivo acordó en febrero, durante la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre ambos países, para una línea de crédito destinada a las compañías españolas que quieran invertir en Marruecos.

Durante aquel encuentro en el que se acordó «evitar ofensas contra las soberanía de ambas naciones» —una promesa que Marruecos ha incumplido en menos de dos meses—, el monarca marroquí decidió no recibir a Sánchez presencialmente, pese a que el objetivo de la reunión era el acercamiento con el reino tras la ruptura de relaciones en 2021 como consecuencia de la acogida del líder del Frente Polisario, enfermo de coronavirus, en un hospital español durante 44 días. El plantón fue la enésima humillación a España después de la invasión de Ceuta, el asalto a Melilla o el ultraje a la bandera nacional durante una cena en Rabat, entre otras.

Humillaciones que no se frenaron con el giro radical sobre el Sáhara, que lo que sí provocó fue la ruptura de relaciones con Argelia y unas pérdidas económicas que en la actualidad han superado los 630 millones de euros.

El servilismo de Sánchez con Marruecos, sin que España haya recibido a cambio el reconocimiento por parte del reino de la españolidad de Ceuta y Melilla o que haya renunciado a sus aspiraciones en el entorno de Canarias, han fomentado los rumores que dicen que el presidente del Gobierno está siendo extorsionado por Rabat tras el espionaje, presuntamente marroquí, a su teléfono particular.

Marruecos compra a EEUU 18 antimisiles HIMARS

El mismo día en que el Consejo de Ministros aprobó el crédito de cinco millones de euros para la instalación de las dos potabilizadoras en Marruecos, el Departamento de Estado de Estados Unidos acordó entregar a Rabat 18 antimisiles HIMARS —Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad por sus sigas en inglés—, equipados con misiles tácticos ATACMS y bombas aladas JSOW AGM154C por un coste de 524,2 millones de dólares. Este sistema lanzamisiles está considerado una de las armas más potentes que existen en el panorama actual militar, y está siendo determinante en la guerra de Ucrania, donde los HIMARS están protagonizando la defensa contra Rusia. Asimismo, supone un salto para el país africano en el ranking de potencias militares en el Mediterráneo.

Esta última adquisición forma parte del proceso de rearme militar en que Marruecos se encuentra inmerso con la ayuda de EEUU e Israel —Rabat retomó las relaciones con este último país después de que Washington reconociese la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental—.

Así, antes del lanzamisiles norteamericano, las Fuerzas Armadas de Marruecos adquirieron en febrero el lanzacohetes PULS, un sistema de artillería de alta tecnología israelí.

España también ha contribuido en el fortalecimiento del Ejército marroquí. De hecho, y aun cuando las relaciones se declararon rotas tras la acogida de Ghali, el Gobierno de Sánchez siguió vendiendo armas a Marruecos por valor de 30 millones, según un informe del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

En 2023, Rabat ha incrementado en un 3,6% la partida presupuestaria destinada a Defensa, que supera los 5.100 millones de dólares. Sin embargo, el techo de gasto asignado a este departamento es muy superior y supera los 11.000 millones, el doble de lo presupuestado.

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