Año electoral en EEUU. La ley federal del país norteamericano establece que las elecciones han de celebrarse «el martes siguiente al primer lunes del mes de noviembre»; por tanto, este martes 8 de noviembre alrededor de 230 millones de estadounidenses están llamados a las urnas para votar en las elecciones de mitad de mandato, conocidas en el país norteamericano como ‘midterm’.
A pesar de que el protagonismo electoral, para los que miramos desde la distancia EEUU, se lo llevan las elecciones presidenciales, que se celebran puntualmente cada cuatro años ―según la citada ley, las próximas serán el 5 de noviembre de 2024―, las elecciones de mitad de mandato son, como poco, igual de importantes.
Las elecciones legislativas en EEUU se celebran cada dos años, pero se llaman midterm cada cuatro años, cuando coinciden con el ecuador del mandato presidencial de turno. En ellas, los estadounidenses renuevan los 435 escaños de la Cámara de Representantes, la Cámara Baja del Parlamento del país y un tercio (35 asientos) del Senado, la Cámara Alta de EEUU.
Además del aparato legislativo, en estas elecciones se disputarán 39 elecciones estatales y territoriales para gobernador, así como numerosas elecciones locales.
El Congreso de EEUU, en juego
Las elecciones legislativas revisten una gran importancia en EEUU, ya que impulsan toda la legislación de carácter federal del enorme país. La Cámara de Representantes, compuesta por 435 congresistas, que será renovada este martes en su totalidad, decide qué leyes se someten a votación, mientras que el Senado, conformado por 100 senadores, puede bloquear o aprobar dichas leyes y tiene la misión de confirmar los nombramientos hechos por el presidente del país y la potestad de iniciar investigaciones en su contra.
Los mandatos de los congresistas son de dos años, mientras que los de los senadores son de seis, de ahí que cada dos años se renueve un tercio de la Cámara Alta. Cada estado, de los 50 que conforman el país norteamericano, está representado por dos senadores. En el caso de la Cámara de Representantes, sus 435 escaños se reparten en función de la población de cada uno de los estados, de tal manera que California cuanta con 52 congresistas y Wyoming, el territorio menos poblado, con sólo uno, por citar dos ejemplos.
Actualmente, los demócratas controlan la Cámara Baja gracias a sus 220 escaños, ocho por encima de los republicanos, lo que permite al partido de Joe Biden aprobar sin complicaciones cualquier proyecto o incluso impulsar iniciativas como la investigación por lo acontecido en el Capitolio el 6 de enero de 2021.
El Senado está actualmente dividido, con 50 escaños para cada uno de los dos grandes partidos. Sin embargo, los demócratas técnicamente la controlan, ya que el voto de desempate recae en la Presidencia del Senado, ejercida por la vicepresidente del país, la demócrata Kamala Harris.
Controlar al menos una de las cámaras es clave para cualquiera de los partidos, ya que permite promover una agenda legislativa propia y obstaculizar la del contrario. El presidente, no obstante, tiene margen para promulgar o vetar las leyes que emanen del Congreso.
Las encuestas no dan nada por hecho, aunque el escenario más probable apunta a una victoria de los republicanos en la Cámara de Representantes. De ser así, Biden ―o quién sea que dirija el país― perdería capacidad para promover algunas de las medidas que ha prometido impulsar, por ejemplo para consagrar con una ley federal el aborto o introducir nuevos controles en la venta de armas.
En el Senado, los demócratas tienen, en principio, más opciones de conservar el control, aunque todo indica que no habrá grandes desequilibrios en favor de alguna de las dos partes. Si los republicanos diesen la sorpresa y controlasen también la Cámara Alta, se complicaría la estabilidad política de Biden, al que sólo le quedaría recurrir a la herramienta del veto y esperar a 2024.
Otras elecciones
Al margen de las elecciones legislativas, en 36 estados del país se celebrarán votaciones para elegir al gobernador: a saber, Alabama, Alaska, Arizona, Arkansas, California, Colorado, Connecticut, Florida, Georgia, Hawái, Idaho, Illinois, Iowa, Kansas, Maine, Maryland, Massachusetts, Michigan , Minnesota, Nebraska, Nevada, Nuevo Hampshire, Nuevo México, Nueva York, Ohio, Oklahoma, Oregón, Pennsylvania, Rhode Island, Carolina del Sur, Dakota del Sur, Tennessee, Texas, Vermont, Wisconsin y Wyoming, así como tres territorios: Guam, las Islas Marianas del Norte y las Islas Vírgenes.
Los sondeos atisban suertes diversas para los partidos, de tal forma que los demócratas pueden recuperar Masachusets y Maryland y los republicanos Nevada, Wisconsin e incluso Oregón, en la progresista costa oeste.
Las elecciones a gobernador no son uniformes en todo el país. En 48 de los 50 estados se elige a los gobernadores para mandatos de cuatro años. Dos estados, Nueva Hampshire y Vermont, votan a los gobernadores para mandatos de dos años. La mayoría de los estados, 36, celebran las elecciones a gobernador en años de las midterm. Kentucky, Mississippi y Louisiana, eligen a sus gobernadores el año anterior a las presidenciales; es decir, en 2023 serán las próximas. Nueva Jersey y Virginia, en cambio, lo eligen al año siguiente; las próximas serán en 2025.
Los gobernadores tienen poder ejecutivo a nivel estatal sobre varios asuntos que no corresponden al gobierno federal, entre ellos, por ejemplo, el aborto, tan importante desde que la Corte Suprema derogara Roe vs Wade.
En estos comicios también se designarán 35 fiscales federales, encargados de aplicar la ley a nivel estatal y asesorar al gobierno local y se nombrarán 27 secretarios de Estado y 28 tesoreros de Estado.
También habrá elecciones locales en decenas de ciudades, como Oklahoma City, Charlotte o Washington, DC, y se someterán a votación más de un centenar de medidas de ámbito estatal. En varios estados se votarán propuestas que buscarán restringir el aborto y la lista total incluye iniciativas sobre armas, juego o marihuana.
