El Gobierno de Emmanuel Macron ha responsabilizado este lunes a los aficionados del Liverpool de los problemas de seguridad que se produjeron durante la final de la Champions League que enfrentó el pasado sábado al club inglés con el Real Madrid y no a los actos vandálicos por culpa de la inmigración masiva que vive Saint-Denis.
La ministra francesa de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, ha culpado de estos problemas al hecho de que entre 30.000 y 40.000 hinchas del Liverpool viajaron hasta París «sin entradas» o bien con falsificaciones, aunque ha reconocido que también intentaron ingresar sin entrada en el Stade de France «jóvenes locales».
En ese sentido, ha lamentado que los gases lacrimógenos utilizados por la Policía para contener la situación afectase también a familias y sobre todo a los más pequeños y ha pedido a la UEFA que inicie una investigación «profunda» y «muy detallada» de la aparición de tantas entradas falsas.
Oudea-Castera ha puesto de relieve que si bien Francia es capaz de organizar eventos deportivos de primer nivel, los episodios de este sábado son importantes para sacar conclusiones de cara a la organización de próximas citas similares, como la Copa del Mundo de rugby de 2022, o los Juegos Olímpicos de París en 2024.
Por su parte, el ministro francés de Interior, Gerald Darmanin, ha denunciado que los problemas de seguridad que se produjeron alrededor del estadio son consecuencia de «un fraude masivo» en la compra de entradas falsas. «Hubo un fraude masivo (…) el 70 por ciento de las entradas eran falsas», ha asegurado el ministro francés de Interior. «Más de 2.600 fueron confirmadas por la UEFA como entradas no validadas a pesar de que habían pasado por el primer filtro», ha explicado.
«La presencia masiva de entradas falsas fue el problema que provocó los retrasos«, ha zanjado Darmanin, quien ha enviado sus disculpas a los aficionados que no pudieron ingresar a tiempo en el estadio. «Lamento los errores que tuvieron lugar», ha señalado.
Por su parte, desde Reino Unido han criticado la labor de la Policía y ha exigido una explicación del trato que se le dio a los aficionados del club inglés. La ministra de Asuntos Exteriores, Liz Truss, ha enviado a la UEFA y a las autoridades francesas una lista con siete demandas, entre ellas una investigación y disculpas formales por lo ocurrido.