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Restringe la libertad de expresión

El Gobierno de Tusk castigará con tres años de cárcel las «ofensas» a los LGTBI

El primer ministro de Polonia, Donald Tusk. Europa Press

El Gobierno Frankenstein de Donald Tusk llegó al poder con el mandato de darle la vuelta a Polonia como a un calcetín, «adaptándola» a los caprichos woke y globalistas de Bruselas a toda velocidad. Y el último ejemplo incide en dos de las obsesiones del pensamiento único: la primacía LGTBI y la censura bajo el eufemismo de «delitos de odio».

Así, el nuevo gobierno liberal de izquierda prepara una nueva ley de «discursos de odio» que podría condenar a los infractores a prisión por hasta tres años por contenido «ofensivo» contra las personas LGTBI, mediante una enmienda al Código Penal publicada en el sitio web del Ministerio de Justicia polaco.

El nuevo proyecto de ley trata de ampliar las clasificaciones relacionadas con el discurso de odio para incluir edad, discapacidad, género, orientación sexual e identidad de género, según el medio de noticias polaco DoRzeczy. Incluso los meros «insultos» (muy vagamente definidos) podrían acarrear penas extremadamente duras según el nuevo proyecto de ley. Se han añadido disposiciones sobre género, orientación sexual e identidad de género en el artículo 256, que cubre la incitación al odio, y en el artículo 257 sobre insultos.

Ya a principios de año, los partidos de la oposición en Polonia alertaron contra las propuestas para cambiar las leyes sobre discurso de odio, argumentando que, en la práctica, los cambios acabarían con la libertad de expresión en Polonia y representarían una grave amenaza a la libertad religiosa, siendo el catolicismo en particular crítico de muchos aspectos de LGTBI.

«La coalición gobernante, como parte de su acuerdo de coalición, ha anunciado que quiere penalizar el llamado discurso de odio», asegura Karina Bosak, del partido opositor Confederación. «El actual viceministro de Justicia de izquierdas, Krzysztof Śmiszek, de la Nueva Izquierda, ha afirmado que su departamento está trabajando en la introducción de estas normas, que limitan la libertad de expresión y el debate público en Polonia. Nosotros, como partido, nos oponemos firmemente. La consecuencia directa de criminalizar ciertas palabras será, de hecho, la criminalización de opiniones conservadoras, religiosas y cristianas».

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