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Forma a jóvenes en universidades de verano, cursillos y seminarios

El Gobierno francés disolverá una asociación católica que defiende la misa en latín y restaura cruces

El presidente de Francia, Emmanuel Macron. Europa Press

En Francia, que el próximo año organiza unos Juegos Olímpicos, el orden público se ha desmoronado. Profesores apuñalados en los institutos, judíos que no se atreven a salir a la calle, bandas armadas que corren a matar blancos… A pesar de que hay miles de militares y de cámaras desplegados por el país, la violencia y el miedo aumentan. ¿Y cuál es la reacción del Gobierno liberal-progresista de Macron? Desmantelar un grupo cultural llamado Academia Christiana con la excusa de «incitar al odio y la discriminación«.

El ministro de Interior francés, Gérard Darmanin, a quien se incluye en la quiniela de posibles sucesores de Macron, puesto que éste no puede presentarse a un tercer mandato, anunció el domingo pasado que va a llevar al Consejo de Ministros la disolución de Academia Christiana, asociación católica fundada en 2013 y que no está vinculada con ningún acto de violencia.

Eric Zemmour, presidente del partido Reconquista y candidato a las elecciones presidenciales de 2022, escribió un mensaje de protesta en X contra esta medida y la comparó con la laxitud del Gobierno con bandas o individuos estos sí violentos.

«El Estado de Derecho para Darmanin significa no poder expulsar a los yihadistas, no disparar a los criminales que amenazan a la Policía, no disolver la Guardia Joven (grupo de extrema izquierda), dejar prosperar a los Hermanos Musulmanes, pero sí poder disolver asociaciones pacíficas con un chasquido de dedos», manifestó.

Academia Christiana, dirigida por franceses católicos e identitarios menores de cuarenta años, se dedica a la formación de jóvenes en universidades de verano, cursillos y seminarios. Entre sus actividades se encuentran la misa en latín, la restauración de cruces y ermitas en los pueblos, la recuperación de tradiciones y el análisis de la decadencia de Francia, incluida la multiculturalidad. En sus actividades han participado en torno a 2.000 personas y estaban en expansión, lo que puede haber impulsado a Darmanin a disolverla. La jerarquía de la Iglesia católica no ha defendido a estos jóvenes.

En un comunicado difundido en cuanto el ministro hizo su anuncio, Academia Christiana acusa al Gobierno francés de tratar a los católicos como «ciudadanos de segunda» y de «prohibir cualquier pensamiento o reflexión fuera de la ideología materialista y laicista», que es una de las causas del desmoronamiento de la República francesa.

La asociación denuncia que las trabas del Gobierno a la libertad de asociación y de expresión, la censura a todo lo que considera contrario a la ideología dominante y la muerte civil de los ciudadanos que se resisten conforman «un sistema totalitario». Y advierte que es «a través del miedo cómo el credo progresista se mantiene en el poder”.

La conclusión que podemos sacar en España es que el Sistema acepta sin problemas cierto tipo de protesta, aunque acarree muertes de ciudadanos, pero no soporta otra. Multiculturalidad e impunidad de delincuentes, sí. Tradiciones y rezos de católicos, no.

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