«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
EL 82% ESTÁ A FAVOR

La abrumadora mayoría de los alemanes quiere ahora mantener la energía nuclear

Central nuclear
Central nuclear. Julian Stratenschulte _ dpa_ Europa Press

La ecología radical es lo que ahora se llama una “ideología de lujo”, es decir, un sistema de ideas que la gente defiende mientras no tenga que sufrir sus consecuencias lógicas. La prueba es Alemania.

Alemania es uno de los países más ecologistas del mundo, con uno de los partidos verdes más respaldados, ahora en la coalición de gobierno. Decidió hace ya décadas que eso de “¿Nuclear? ¡No, gracias!” sonaba muy bien y se decretó el cierre de las centrales nucleares.

Los alemanes, primera potencia industrial de la UE y tercera del mundo, podían permitirse ese lujo primermundista porque Rusia le suministraba barato todo el gas que pudiera necesitar, y siempre es mejor que ensucien otros. Y todo eran risas hasta que llegó la invasión de Ucrania, las sanciones a Rusia y la amenaza de que el Kremlin les cerrase, en represalia, el grifo.

Y ahora los muy verdes alemanes se muestran partidarios, en una abrumadora mayoría, de que sigan fusionándose átomos a placer en las plantas nucleares aún en funcionamiento.

Quién los ha visto y quién los ve: el 82% de los alemanes está a favor de seguir tirando de energía nuclear. La mitad de ellos (41%) incluso a largo plazo. Solo el 15% prefiere parar los tres reactores restantes a finales de 2022 como estaba previsto.

Son los resultados de una recientísima encuesta elaborada por ARD DeutschlandTrend, que descubrió que los alemanes, oh sorpresa, no son tan, tan ecologistas como para morir de frío por la causa o pagar precios escandalosos en lo más frío del frío invierno, por lo que menos de dos de cada diez quiere que se cumpla lo previsto y se cierren las tres últimas plantas nucleares en operación a finales de año.

En vista de la situación actual, el 41% de los encuestados agradecería extender las operaciones por unos meses. Además, idéntica proporción vería incluso conveniente mantener las centrales nucleares a largo plazo.

Otra cosa es la fracturación hidráulica, más conocida como ‘fracking’, el procedimiento para liberar gas atrapado en el subsuelo. Solo un alemán de cada cuatro está dispuesto a que se permita esta forma de extracción de hidrocarburos especialmente problemática, aunque habría que volver a preguntarles después del próximo invierno, si se mantiene la crisis energética.

La decisión del gobierno federal de lograr la independencia energética cuenta con el apoyo de la mayoría de la población, un 71%.

El Gobierno también debate conceder ayudas a los ciudadanos para hacer frente a la inflación de los precios de la energía, una prestación que para la mayoría de los ciudadanos, un 56%, solo debería aplicarse a las rentas más bajas.

TEMAS |
+ en
.
Fondo newsletter