Las recientes elecciones europeas evidenciaron el crecimiento de la derecha y la defensa de la soberanía nacional en Francia. Esto llevó al presidente Emmanuel Macron a disolver la Asamblea Nacional y convocar nuevas elecciones legislativas, programadas para el 30 de junio y el 6 de julio.
Diversas organizaciones y partidos de extrema izquierda organizaron manifestaciones en toda Francia contra el avance de la derecha y de Marine Le Pen. La convocatoria para la protesta, difundida en redes sociales, incluía el lema «El fascismo es una gangrena, lo eliminamos o morimos».
Seguidamente, en Burdeos, vandalizaron la Iglesia de Saint Éloi escribiendo en la fachada «muerte a los fascistas». No obstante, no es la primera vez que activistas realizan este tipo de ataques. A finales de mayo, entraron en la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Toulouse, destruyeron por completo el altar y cubrieron las figuras de Jesús y la Virgen con sábanas.
De esta manera, comenzaron a reunirse en distintos puntos y a provocar disturbios en todo el país, incluyendo iglesias y bares católicos. El primer caso que se reportó en la red social X (antes Twitter) ocurrió en Angers, donde los activistas saquearon un bar católico, acusando al propietario de votar por la derecha.
