De las cuarenta categorías criminales recogidas en el informe de la policía de Londres, sólo en seis se ha producido un descenso
Cuando el musulmán Sadiq Khan resultó elegido alcalde de Londres, la mayor parte de los medios de comunicación se felicitaron por la multicultural tolerancia exhibida por la capital británica. Así, todos vaticinaban un mandato de prosperidad, seguridad y estabilidad. Ahora, transcurrido más de un año desde que el actual regidor accediese al poder, cabe preguntarse si estos optimistas vaticinios se han cumplido.
Khan, ese alcalde que ha protagonizado una pública confrontación dialéctica con el presidente Trump, no ha logrado preservar la seguridad de los londinenses. No en vano, la criminalidad se ha incrementado notablemente en su primer curso como regidor, 2016-2017: ha habido más crímenes con cuchillo, con pistola, homicidios, robos…
Los datos son desoladores: los homicidios, en general, han aumentado en Londres un 27,1% (se produjeron 170) con respecto al curso anterior, mientras que homicidios juveniles se han disparado con un ascenso del 70% (de 20 a 34). Por su parte, los robos han crecido han crecido un 33,4% y los asaltos a domicilios, un 18,5%.
Los crímenes con cuchillo también han aumentado de modo notable: 4.000 más con respecto al curso anterior, lo que constituye un incremento del 31,3% Además, las agresiones con pistola, que nos evocan épocas más ominosas, han crecido más de un 16% (de 2.193 a 2.551).
Pero quizá uno de los datos más estremecedores es el referido a las agresiones sexuales; agresiones que se están tornando más habituales de lo que sería deseable en muchas urbes europeas. Así, las violaciones han crecido un 18,3% durante el mandato de Khan (de 6.147 en 2015-2016 a 7.273 en 2016/2017).
De las cuarenta categorías criminales recogidas en el informe de la policía londinense, sólo en seis se ha producido un descenso: en lanzamiento de consignas anti-sociales (1,2%), abuso domésticos sin lesiones (4%), abusos domésticos con lesiones (1%), atracos en sedes empresas (10%), daños criminales (1,6%) y delitos de odio relacionados con discapacidades físicas y mentales (34%).
Las excusas de Khan y los ataques con ácido
El regidor londinense, ducho en el arte de los pretextos y los subterfugios, ha achacado este repunte de la criminalidad a los recortes policiales establecidos establecidos por el Gobierno británico. No obstante, este argumento se antoja bastante endeble, pues las estadísticas revelan que Londres no ha perdido más de 1.000 agentes policiales en el pasado año; esto es, sólo un 3% (los policías sirviendo en la capital eran 31,343 y ahora son 30,379.
Si a esta oscura realidad le añadimos el drama de los ataques con ácido, el panorama que nos queda es, cuando menos, preocupante: desde 2002, tal y como ya relató La Gaceta, las agresiones con ácido se han incrementado en Londres un 186%. No en vano, en 2016 se perpetraron 412 ataques de este tipo.