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LOS FRANCESES ELIGEN LA COMPOSICIÓN DE LA ASAMBLEA

Los sondeos auguran una abstención récord en las legislativas en Francia

Posters electorales en Francia. Reuters
Posters electorales en Francia. Reuters

Con la resaca de las presidenciales todavía fresca, Francia se dispone este domingo a constituir el poder que, en teoría, debería hacer de contrapeso al ejecutivo de Macron, la Asamblea. Francia no parece estar terriblemente interesada en el evento, agarrotada por una apatía muy de fin de ciclo… O de civilización. Sea como fuere, la gran mayoría absoluta prevista para estos comicios es, sin duda, una abstención de más de la mitad de los llamados a las urnas: las encuestas sitúan la participación esperada en un récord del 48% del electorado.

Ensemble, la coalición que se presenta en apoyo a Macron, tiene todas las de ganar, pero la gran incógnita es si logrará una mayoría absoluta. Porque, por amplia que sea, si no domina el 50% más uno de la Asamblea, su segundo mandato promete ser un infierno.

Del mismo modo que Macron no es socialista -nominalmente, entiéndase; ¿quién querría pertenecer a un partido esencialmente desaparecido?-, sino una marca blanca del globalismo, lo que amenaza su mayoría tampoco es esa derecha de toda la vida, que hoy se presenta con el nombre poco comprometedor de Los Republicanos (no, los monárquicos no se presentan), que en las presidenciales consiguieron un magro 4,8% del voto total en la persona de su candidata, Valérie Pécresse. Olvídense de la Francia de ayer; ahora el ‘peligro’ está en propuestas de cambio radical. Populismos, si lo prefiere. Solo que, de atender a las encuestas, en esta ocasión no se trata tanto del populismo de derechas de la incombustible Marine Le Pen y su Reagrupación Nacional, sino de una coalición de izquierdas asilvestradas que lidera Jean-Luc Mélenchon, la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES). Resumiendo: la elección va camino de convertirse en un pulso entre quienes quieren que todo siga más o menos como hasta ahora y los que no quieren dejar piedra sobre piedra de lo que hay, o casi.

En este duelo hay un factor esencial: la demografía. Francia es, como casi cualquier país de su entorno, una nación envejecida, y si algo no les gusta a los jubilados en general son los cambios, especialmente las conmociones políticas que puedan poner en peligro su pensión. Por eso, en torno a siete de cada diez pensionistas votaron por Macron en las presidenciales.

Eric Zemmour, líder del recién nacido partido soberanista Reconquista que diera hace cosa de un año la campanada de hacerle sombra a Le Pen, define así el triste combate que más de la mitad de Francia va a contemplar desde la barrera: “Macron quiere deconstruir la identidad francesa. Mélenchon quiere destruirla. Macron se toma su tiempo, Mélenchon tiene prisa”.

Bajando a lo concreto, las últimas encuestas y proyecciones sugieren que la coalición macronista obtendrá más escaños que cualquier otra plataforma electoral, pero lo va a tener difícil para llegar a los 289 de la mayoría absoluta. Y, sin ella, como hemos dicho, su segundo mandato va a ser más que difícil, con una izquierda y una derecha de uñas que no es probable que le deje culminar las reformas que ha prometido.

En Francia, por lo demás, la elección a dos vueltas lo hace todo un poco más complicado. Si en una circunscripción quedan en pie un candidato macronista y otro ‘populista’, de izquierda o derecha, ¿se unirán estos últimos en un frente antiMacron? ¿O repetirán el ‘todos contra Le Pen’ de las presidenciales? Siendo en este caso Mélenchon el ‘peligro rojo’, no tendría mucho sentido, así que tampoco sería inimaginable que los derrotados se unan contra NUPES. ¿Ven ya lo difícil que es esto?

Mientras, Macron ha desaparecido, prácticamente, desde las presidenciales. Hasta la elección de su nueva primera ministra, la gran baza, le ha ocupado cuatro semanas, con un resultado perfectamente previsible en la persona de su exministra de Trabajo, Elisabeth Borne. Es como si presintiera que en estos momentos es mejor no arriesgarse a cometer el menor error aunque eso suponga bajar el perfil, para no dar pie a que se formen movimientos espontáneos contra él y aprovechar el impulso de su victoria.

A estas alturas, lo que se perfila es que gana Ensemble y araña la absoluta, seguido de ese cajón de sastre de causas ‘woke’ que es NUPES. Le Pen queda detrás. Desoladoramente detrás, en torno al 20%. O los votantes no han visto los vídeos de la final de la Champions en Saint Denis o, más probablemente, están ya hechos a la idea y han tirado la toalla.

Por detrás, Los Republicanos, que se resisten a morir y rozan el 10%. En cuanto a la Reconquista de Zemmour, se ha desinflado un tanto, pasando del 7,1% de las presidenciales a un 5,7%. Paciencia: la nuestra tardó ochos siglos en imponerse.

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