«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
TRAS LA FIRMA DE UN ACUERDO ENTRE EL RÉGIMEN Y SECTORES DE OPOSICIÓN

Biden se acerca a Maduro: levanta sanciones y pone «a prueba» a la tiranía chavista por seis meses

El dictador venezolano, Nicolás Maduro y el presidente de EEUU, Joe Biden

Las cosas se siguen moviendo en Venezuela tras la firma de un acuerdo entre el régimen de Nicolás Maduro y sectores de la oposición a mediados de semana. Un documento en el que se establece que el país caribeño tendrá «elecciones» presidenciales en el segundo semestre del año próximo.

En ese sentido Estados Unidos levantó el miércoles en la noche algunas sanciones económicas que desde hace algunos años se habían aplicado al Estado chavista, especialmente a la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA).

La licencia número 44, expuesta a través de un comunicado del Departamento del Tesoro de EEUU que circuló el jueves, deja en claro que la Administración Biden autorizará temporalmente a Venezuela para realizar operaciones vinculadas al sector del gas y el petróleo, incluyendo todos los cobros y transacciones financieras que derivan de dicha actividad, y que hasta ahora se encontraban comprometidas debido a bloqueos de cuentas bancarias en el exterior.

Del mismo modo, se aclara que también se permitirán negocios relacionados con el sector minero, a través de la estatal CVG Compañía General de Minería de Venezuela, enfatizando que Estados Unidos no pretende, de ahora en más, perseguir a nadie que opere en el área de la extracción de oro.

Asimismo, las autoridades norteamericanas eliminaron las sanciones impuestas al mercado tanto de los bonos soberanos de Venezuela como los de PDVSA.

En el mismo comunicado se aclara que EEUU toma estas medidas «como respuesta a los recientes pasos que se han dado hacia una solución democrática» en el país sudamericano, recalcando que las mismas están sujetas a ser revisadas por la Oficial de Control de Activos Extrajeros (OFAC, por sus siglas en inglés) y podrían ser revocadas al cabo de los próximos seis meses.

El restablecimiento de relaciones diplomáticas

Así las cosas, las especulaciones en torno al posible alcance de la «apertura» de la Administración demócrata con el tirano venezolano ha llegado incluso al punto de generar la duda de que eventualmente Washington podría reabrir su embajada en Caracas, luego de que fuese cerrada definitivamente en 2019, cuando el opositor Juan Guaidó se proclamó como presidente interino de la nación hispanoamericana.

Sobre ello el subsecretario de Estado para Asuntos del hemisferio occidental, Brian Nichols, afirma que, aunque todo lo acontecido en los últimos días es valorado como un conjunto de «pasos positivos», aún EEUU no está «listo» para retomar relaciones diplomáticas con Venezuela.

Lo que sí estaría previsto en lo inmediato es una visita a Caracas del actual encargado de negocios norteamericano, Francisco Palmieri; todo ello a modo de un primer acercamiento con la tiranía encabezada por Maduro. Palmieri actualmente despacha desde Bogotá, Colombia.

¿El régimen de Maduro se democratiza?

Pese a que el acuerdo suscrito entre el régimen y sectores de la oposición el miércoles ha generado ciertas expectativas en algunos espacios de la sociedad venezolana, realmente es poco contundente en torno a un tema capital: la procura de condiciones de verdadera transparencia electoral de cara a la realización de comicios presidenciales el año próximo.

Aunque Gerardo Blyde, el delegado de la oposición que firmó el pacto con el chavismo en Barbados, ha señalado que dichas condiciones se irán construyendo, y que incluso se resolverá el tema de las inhabilitaciones políticas que pesan sobre varios dirigentes del antichavismo (entre ellos María Corina Machado), el documento no señala explícitamente esto por ninguna parte.

De hecho, los principales voceros de la tiranía izquierdista han insistido durante las últimas horas en que no se levantará sanción alguna a los opositores que han sido inhabilitados para postularse como candidatos a cargos de elección popular.

Por lo pronto todo apunta que, con los buenos oficios de Biden, Maduro parece haber ganado al menos seis meses de tiempo en un plan que, al final del camino, podría darle seis años más en el poder.

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