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EL ACUERDO NO TERMINÓ CON LA VIOLENCIA, SOLO LA TRANSFORMÓ

El fallido ‘pacto de paz’ con las FARC traslada los ataques del grupo terrorista a Ecuador

Terroristas de las FARC. Reuters

La guerra civil más larga del continente americano no ha cesado, y trasciende el territorio colombiano. El conflicto armado con las guerrillas acecha a las comunidades limítrofes del Ecuador, donde seis pueblos indígenas y los agricultores de la zona son los que más peligro corren.

Tras la firma de la paz y la supuesta desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016 no desapareció la violencia; solo se trasladó y transformó. Surgieron incluso nuevos grupos armados disidentes de las FARC. En el Ecuador, la provincia amazónica de Sucumbíos, se convirtió en uno de los epicentros del comercio mundial de cocaína. Y es hoy la zona más afectada por este rebrote de violencia.

De hecho, uno de los dos grupos más dominantes en la región es el ‘Frente Carolina Ramírez’. Sus integrantes fueron los pioneros en apartarse del proceso de paz entre el Gobierno y lo que eran entonces las FARC.

El Frente Carolina Ramírez se proclama insurgencia de las Farc-Ep y obedece a la estructura del ‘Frente Primero’. Su zona de dominio es el Putumayo, que se extiende hasta Perú, en especial el bajo Putumayo.

Solo en los primeros 25 días de 2022 hubo 10 masacres, en las cuales el Frente Carolina Ramírez asumió la responsabilidad de seis muertos, entre ellos un integrante de los Comandos de Bolivarianos de Frontera (CBF). Asimismo, hay incontables desaparecidos. No hay cifras exactas, dado que las familias no denuncian por temor a las represalias de la guerrilla.

Al igual que el Frente Carolina Ramírez, están los Comandos Bolivarianos de Frontera (CBF), que no se acogieron al Acuerdo Final firmado entre el Estado colombiano y las FARC. La Fuerza Pública los denomina GAOR, Grupo Armado Organizado Residual. Pero ellos se autodenominan así, Comandos Bolivarianos de Frontera. Surgen de las disputas del Bloque Sur que dominaba la Amazonía colombiana.  Si bien el Frente Carolina Ramírez supera en número y armamento al Comando de la Frontera, los CBF están más atrincherados en la zona de Putumayo, conocen mejor el territorio y tiene mayor influencia sobre los habitantes.

Así lo detalla el InSight Crime en el mapa donde detalla la influencia de los grupos armados. Destaca las cifras de un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Remarca que Putumayo tiene casi 20.000 hectáreas de coca y produce poco más del 10 por ciento de la producción total de cocaína de Colombia.  Dada la cercanía fronteriza, por medio de Putumayo puede canalizar la droga por corredores terrestres y rutas fluviales hacia Ecuador, Perú y Brasil.

En los primeros seis meses de 2022, los Comandos de la Frontera han radicalizado su postura en la frontera con Ecuador.

Según informa el medio ecuatoriano Primicias lo han hecho principalmente de tres formas:

-Forzando a las comunidades a aceptar manuales de convivencia.

-Obligando a las personas a que participen en dos paros en Colombia (para exigir al Gobierno colombiano el cese a procesos de erradicación de la hoja de coca).

-Reclutando menores de edad.

Reclutamiento de menores y bachilleres con engaños

Por ejemplo, los Comandos Bolivarianos de Frontera han reclutado a nueve menores de edad en los últimos dos años.

“Los reclutan como informantes o para facilitar la relación entre los actores armados y las comunidades. Eso también está generando interferencia entre las actividades y las formas de gobernanza de la comunidad”, detalla María Espinosa de Amazon Frontlines, una organización dedicada a los indígenas amazónicos.

Tras los supuestos acuerdos de paz, cambió la dinámica de reclutamiento. En los dos últimos años, nueve menores de edad y siete adultos han sido reclutados por los Comandos Bolivarianos de Frontera. Cuando las FARC dominaban la zona, llevaban a los jóvenes a los campamentos para entrenarlos. Ahora vienen desde otras regiones, incluso desde la sierra y y les pagan entre 300 y 1.000 dólares.  El pago es de acuerdo a la responsabilidad asignada dentro del grupo terrorista.

Muchos llegan por medio de estafas y engaños. Una mujer que logró escapar salió de su localidad andina de Guamote, en la provincia de Chimborazo, con la promesa de estudiar en Argentina, terminó en manos de la guerrilla colombiana. Fue una de las 70 personas reclutadas por la tercera disidencia de las FARC más dominante en la zona, la llamada Segunda Marquetalia. Es comandada por Iván Márquez, refugiado en Venezuela, según la revista Semana.

Dado el panorama actual es fácil entender que no es casual que en los lugares más afectados por la guerrilla terminó ganando el “no” en la consulta sobre los acuerdos de paz que se realizó en 2016, pues es en esas comunidades donde más de cerca conocen a quienes hacen a la guerra. Ahora este problema, que no terminó con la iniciativa adelantada por el expresidente colombiano Juan Manuel Santos, afecta no solo a Colombia sino también a sus vecinos, entre ellos al Ecuador.

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