«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El cura que tenía un hijo

Hace una semana daba cuenta de que en una diócesis española era pública la paternidad de un sacerdote que regentaba varias parroquias. Y que llevaba un par de años o tres disfrutando de esa situación. Del sueldo, del tálamo y de las caricias de la criatura. Con una jeta total. No quise, de momento, entrar en más detalles a la espera de lo que pudiera ocurrir. Pues ha ocurrido. El obispo ha actuado como debía con ese caradura y el próximo domingo de Ramos ya no aparecerá por sus parroquias. Con lo que se le crea un problema más al obispo que está escasísimo de sacerdotes. Pero esas situaciones tienen que cortarse cuanto antes. Tampoco culpo al obispo de la demora en tomar esa determinación pues parece que se ha enterado muy recientemente de la mala vida del personaje.

Puedo entender sin problema alguno que por algún tiempo se le asigne una cantidad por la diócesis para que pueda subsistir con la pareja y la criatura si no tuviera derecho al paro aunque lo que no se entendería es que después del daño que ha hecho a la Iglesia, ésta le diera una clase de religión en algún colegio público. Que no sería el primer caso.  Personas así no pueden ser profesores de religión. Por el bien de la religión y de los alumnos.

  

TEMAS |
Fondo newsletter