Tras 133 años de presencia. La comunidad de Valladolid no parece secularizada pero también a ellas les afecta la falta de vocaciones. Evidentemente no sólo el hábito resuelve todo. Muchas «habitadas» lo están pasando muy mal. Muchos conventos de clausura han cerrado. La ecuación no es hábito igual vocaciones sino las vocaciones llegan a algunas que mantienen el hábito y no a las que lo han dejado.