Carlos García Cortés: José Toubes Pego y su época (1881-1960). Xerión, Madrid, 2009, 317 pgs.
Creo que en dos ocasiones me referí a libros de García Cortés, sacerdote compostelano dedicado a temas hístóricos. Hoy viene una vez más al Blog y penosamente. En La Coruña de la primera mitad del pasado siglo hubo una coincidencia de sacerdotes seculares notabilísimos. Normalísimo que García Cortés, natural de la ciudad herculina según creo, dedique sus afanes literarios a quienes allí alcanzaron mucha más notoriedad que él. Pero en él se nota mucho aquello de sei que non podes o sei que non sabes, sei que perdiches as habilidades. Porque menudos bodrios nos está endilgando.
Leí, y creo que dejé constancia, del que dedicó a Don José Sardina, ahora me refiero al que consagra a Don José Toubes, y tengo a la espera de lectura , estúpida adquisición por mi parte, el referido a Don Baltasar Pardal. Son clónicos los dos primeros y aseguraría que también el tercero. Y todos una notable tomadura de pelo.
Pero antes quisiera dejar constancia de algo preconciliar. Con el valor que tenga. Coincidieron en La Coruña, en los mismos años, media docena, o casi, de sacerdotes notabilisímos. Pues como los infantes de Aragón. Después del Concilio ¿do se fueron? Ahora no hay en la ciudades lo que antes era habitual. Sacerdotes conocidísimos, algunos incluso con fama de santidad. Pregunten en La Coruña si hay algún cura conocido. Seguramente les dirán que ninguno. Y a Toubes, a Pardal, a Sardina les conocía toda La Coruña. Desde la princesa altiva a la que pesca en ruin barca. Y había en España teólogos, exégetas, canonistas, liturgistas, moralistas, oradores sacros, misioneros populares… cuyos nombres rebasaban el pequeño círculo de los especialistas. Hoy, ni uno. Pues algo se habrá perdido.
Pero me estoy perdiendo yo. Y de García Cortés. Al libro le sobran, como poco, la mitad de las páginas. Y aun con esas seguría siendo un centón de saberes inútiles. El autor maneja unos archivos, de indudable utilidad, pero que pretende transcribírnoslos in extenso vengan o no a cuento. Y muchas veces no vienen. Ni remotamente.
¿Tiene el menor interés referirnos en una biografía los lugares que tiene una parroquia? ¿O cuáles son las parroquias del arciprestazgo en una de las cuales nació el biografiado? ¿Darnos prolijo detalle de quíenes fueron sus hermanos, cuándo nacieron, con quíen se casaron, los hijos que tuvieron o dónde murieron? ¿O cuáles fueron sus tatarabuelos paternos- paternos, paternos-maternos, maternos-paternos y maternos-maternos y todos los posteriores? ¿Con fechas de matrimionio, nacimiento y fallecimiento? Jamás he visto, en ninguna biografía tal hartón de saberes inútiles. Como el que nos cuente los párrocos y coadjutores de la parroquia en los años que vivió allí Toubes, sus grados académicos, posteriores destinos… Y ya que vamos a decir de las asignaturas que cursó, profesores de las mismas, nota obtenida…Y ya como colmo de tomadura de pelo hasta nos cuenta quien fue, en cada curso quien era el rector, el vicerrector, el secretario, el bibliotecario, el mayordomo del Seminario facilitándonos en ocasiones breves biografías de los mismos. Y hasta nos cuenta quien fue en cada curso el encargado de pronunciar la lección inaugural del mismo y el título de ella.
Es inevitable recordar aquellos versos:
¿Tantas idas y venidas
tantas vuelta y revueltas
quiero amiga que me diga
son de alguna utilidad?
Yo no le veo ninguna. Sólo le ha faltado en su afán por aumentar páginas, y con el pretexto de que vivió bajo unas autoridades civiles ponernos también quienes eran los gobernantes de la naciones del mundo y con más motivos los nombres de todos los obispos de la Iglesia universal. Amén de los nombres de las vacas de su aldea porque cuando vivió alli las vacas en Galicia tenían nombre: Marela, Gallarda, Cachorra, Tourisa…
Ya datos de verdadero interés para la biografía de Don José Toubes, muy escasos. Le sobrarían más de la mitad de las páginas del libro. Que me parece una tomadura de pelo, otra, a los lectores. ¿No aprende uno algo sobre Don José? Pues algo sí. Pero para los sustancial sobrarían 50 páginas. Todo lo demás es ganga. En mi opinión. Y que desde luego no vale 24 euros.