«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La sucesión de Madrid

Oriolt da en Germinans una versión que me parece muy ajustada a lo que ocurrió:

http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2014/09/fue-canizares-quien-se-nego-ir-barcelona.html

La sucesión madrileña iba a ser otra y en ella estaba muy conforme el cardenal de Madrid. Tan conforme que la había propuesto él. Hasta que se cruzó Cañizares y descompuso todo. Quería volver a España y a Madrid. Con insistencia pesadísima e incluso con lloros. A mí también me llegó eso. El Papa dijo que no a Madrid y Toledo. Se contempló lo de Barcelona y alguien se encargó de quemar esa posibilidad con la campaña que todos recordamos. Barcelona no estaba ciertamente entre los propósitos de Cañizares aunque sabía que él no mandaba en la operación. Y entonces surgió Valencia con lo que Osoro resultó el gran beneficiario de la operación. Posiblemente sin comerlo ni beberlo más que con un sí entusiasmado. 

Por lo que la gran revolución del Papa Francisco para la Iglesia española apenas ha sido otra cosa que colocar a Cañizares con calzador. De ahí que haya resultado tan poco revolucionaria. 

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