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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

¿La Teología de la Liberación santa súbita? ¿O la manipulación del Papa?

Tras más de un año del Papa Francisco yo ya me he aprendido la película. Generador de muchísimas noticias todos los días, con inmediata repercusión en los medios, por mi parte lo tengo muy claro. Hay que esperar. Para saber lo que dijo, lo que dicen que dijo, lo que diciendo quiso decir, lo que aunque dicen que dijo no dijo… Claro que esto es un lío, por otra parte recomendado por el Papa. Aunque tampoco sepamos bien que entiende por lío y cual es el que recomienda.

Pues el Papa es así y a ello tenemos que estar procurando no liarnos ante tanta noticia. Y ante tanta puntualización, rectificación, interpretación, negación o confirmación de la noticia. Por ello se impone la prudencia, que yo procuro seguir, en todo lo que se refiere al Santo Padre. Porque en otro caso el informador, y es igual que sea entusiasta o crítico, corre el riesgo de quedarse con el traspuntín al aire.

Le acaba de ocurrir a un periodista tan experto en información religiosa como José Manuel Vidal. Sin duda uno de los referentes de la noticia eclesial española. Es brillante, inteligente, conoce el tema y tiene filias y fobias. Como las tenemos todos. Además es gallego, como el que suscribe. O como Franco, Rajoy, Rouco… Dicen que los gallegos somos desconfiados. Y lo de la escalera. Algo puede haber. Pero a muchos se les ve «de venir». A mí ciertamente. Pero a José Manuel Vidal también. Aunque creo que en mi caso me dejo llevar menos que él de entusiasmos o indignaciones. Aunque ninguno de los dos seamos estereotipos de esa caricatura de la galleguidad que sin embargo tiene notable base. Al lado del terceto señalado, y podrían citarse muchos más, no pasamos de malos aprendices.

El periodista orensano se dejó llevar de sus entusiasmos y ante el encuentro del dominico brasileño, Fray Betto, con el Papa, recogido en muchos medios, exultó en estos titulares: «El Vaticano casa de la Teología de la Liberación». El Vaticano es casa de muchas cosas. En primer lugar del Vicario de Cristo, el Papa, y esa es la única verdaderamente importante. Después de la de Dios, que está alli pero con la misma presencia que en la más humilde de la iglesias católicas, y de los restos de Pedro, el primer Papa, por designación directa del mismo Cristo. Lo demás es accesorio: tesoros del arte, los organismos de los que se vale el Papa para gobernar la Iglesia, posibles lobbys gays y hasta masónicos, Ricca, Chaoqui, Pedacchio… E incluso la venerable figura de Benedicto XVI. 

¿También de la Teología de la Liberación que este Papa estaría canonizando en todos sus extremos? Pues parece ser que como que no. Al Betto, dominico castrista y de escasísimo nivel incluso como teólogo de la liberación, no «le recibió el Papa en Santa Marta y mantuvo con él una larga conversación». Apenas un saludo, como con otros muchos, en la Plaza en la audiencia general de los miércoles. Y eso fue todo. Nada más. ¿Qué el dominico le pidió la canonización de Giordano Bruno? Pues como si una señora de Litomerice le pide que visite la República Checa.

Ya que el entorno papal facilite el acceso de ese dominico brasileño al Papa puede ser más discutible. Pero esa es otra cuestión. Y sobre el entorno pontificio, que sin duda elige el Papa, no tengo opinión excelente. Como de algunas otras cosas del Santo Padre.

A lo que íbamos. Una noticia de escasísimo calado que el vaticano se ha apresurado a poner en su sitio, y que demuestra, una vez más, que con Papa tan mediático hay que esperar para interpretar correctamente lo de la cantinela inicial. ¿Qué dijo? ¿Qué quiso decir? ¿Qué dicen que dijo y que no dijo? ¿De qué se arrepintió de haber dicho y ha querido corregirlo? Porque a este Papa, lo que no me creo es que alguien se atreva a corregirle, aunque sea oficiosamente, en contra de su voluntad.  

¿Es este artículo mío expresión de mi galleguismo convicto y confeso? Pienso que no. Creo que a mí se me ve muy bien «de venir». Como a José Manuel Vidal. Tal vez porque Vigo sea «inglesa» como decían algunos. Tal vez por aquello de la Mala Real Inglesa o de El Cable Inglés de mi juventud. O de la proximidad al Portugal tan anglófilo. Sobrado del Obispo, en cambio es la Galicia profunda. Mucho más que el Ferrol, del Caudillo, o la Pontevedra de Rajoy. Por allí se andará con la Villalba de Rouco o de Fraga. Los tiempos cambian y ya Galicia no es lo que era. Sobrado del Obispo tampoco.

Secretum meum mihi nos ha dado la secuencia de la noticia. Y me ha confirmado en mi actitud con el Papa Francisco. Con mi actitud gallega: esperar. Porque en otro caso te puedes ver colgado de la brocha porque te hayan retirado la escalera. Cosa que le ha ocurrido a poquísimos gallegos. Aunque entre ellos esté yo. No hay más que recordar mi inoportunísimo artículo de la torva mirada. Con el que en menos de horas veintiucuatro me quedé colgado de la brocha y sin escalera. Pero ya digo que de los gallegos de Vigo se dice que somos más ingleses o portugueses que gallegos. Aunque algo me quede. Y no salí, al primer trapo que me pusieron, a criticar al Papa por su defensa de la TL ni de Giordano Bruno.  

http://secretummeummihi.blogspot.com.es/2014/04/continua-presencia-de-teologia-de-la.html

http://secretummeummihi.blogspot.com.es/2014/04/aclaracion-en-losservatore-romano-no.html

 

 

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