«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Conflicto en Nicaragua. Lo que nadie ha dicho

La letal combinación del odio ideológico de la izquierda, enemigos internos y la operación de Estados Unidos para descarrilar el proyecto del paso interoceánico chino-ruso.

En los últimos meses de este 2018 hemos sido testigos de una convulsión social surgida aparentemente de la nada en Nicaragua, un pequeño país de Centroamérica. Este conflicto social ha crecido tanto y se ha violentado de tal forma que ha ocupado encabezados en parte de la prensa internacional y ha hecho que los ojos de muchos países volteen a esa región por lo regular olvidada e ignorada del mundo.

Cabe recordar que Nicaragua ha sido protagonista en otras ocasiones, de los encabezados de la prensa internacional. La más conocida es el golpe de estado, asenso y revolución marxista que se hizo con el poder a finales de los setenta y a inicio de los ochenta, a través de la guerrilla del ejército sandinista de liberación nacional, encabezado por el actual Presidente de Nicaragua Daniel Ortega y por Ernesto Cardenal, un sacerdote católico que combinó la sotana con el fusil de asalto, por lo que fue enérgicamente reprendido por el Papa Juan Pablo II en los primeros años de su pontificado en una visita que realizó en 1983 a aquel país, en el cual apenas bajó del avión y Ernesto Cardenal se postró ante Juan Pablo II al ser parte del comité de bienvenida por ser el ministro de cultura. El pontífice, ante los medios y los ojos de todo el gobierno, reprendió severamente a este mal sacerdote exigiéndole que se definiera por la revolución o por el sacerdocio, pero que no podía ejercer ambos ministerios que eran incompatibles.

Jugada de ajedrez de la URSS

Esta visita del Papa polaco fue una de las visitas más hostiles y difíciles de su pontificado, ya que en la misa multitudinaria realizada en Managua en el parque donde la revolución sandinista realizaba sus concentraciones, los revolucionarios sandinistas que ocupaban las primeras filas lo recriminaban e interrumpían groseramente, pero esto no amedrentó al Vicario de Cristo que les dijo de frente todas las verdades que se negaban a escuchar echándoles en cara todos sus errores.

Juan Pablo II no solo era contrario al gobierno sandinista, sino también a quienes contribuyeron para que triunfara la revolución golpista sandinista, que no era otro poder que la entonces Unión Soviética que proveyó de dinero, armas y logística para instaurar el comunismo en un país muy cercano a Estados Unidos y desde el cual pretendían como en Cuba usar como cabeza de playa para expandir el comunismo por América.

Esta jugada de ajedrez de la URSS, la enfrentó con Estados Unidos cuando se disputaban la hegemonía mundial en plena guerra fría, y la respuesta de Estados Unidos vino a través de financiar, armar y asesorar a los contras de la guerrilla, este financiamiento vino a través de la ganancia fruto de operaciones de narcotráfico y de la venta de armas que Estados Unidos hizo al gobierno iraní durante la guerra de Irán contra Irak que duró de 1980 a 1988.

Esta operación fue una de las muestras más claras del proceder norteamericano, ya que oficialmente Estados Unidos respaldaba a Irak en este conflicto y se oponía al régimen del ayatola Jomeini que había echado del poder al Sha de Irán, pero eso no impidió para que al mismo tiempo le vendiera armas a Irán, para con esa ganancia financiar las operaciones encubiertas que realizaba en Nicaragua contra el gobierno sandinista a través de la guerrilla conocida como Los Contras, que combatía al gobierno revolucionario y golpista sandinista, hasta que esta operación se hizo pública cuando el gobierno sandinista derribó un avión pilotado por los agentes norteamericanos aliado de Los Contras y a través de tortura y toda clase de intimidación lograron obtener las confesiones que descubrieron toda esta trama ilegal y que se hizo a espaldas del Congreso norteamericano y se cayó el teatro que involucraba a sectores del gobierno norteamericano en operaciones prohibidas e ilegales.

En ese momento, quien ocupaba la vicepresidencia norteamericana y que era el cerebro que aprobó esta operación era George Bush, que no solo no fue retirado del cargo, sino que llegó a la presidencia de su país en 1988 gracias a que descargó las acusaciones sobre el Coronel Oliver North al cual le achacaron todas las culpas.

Ortega y el odio de las bases duras

En 1990 el gobierno sandinista revolucionario de izquierda fue echado del poder finalmente a través de las urnas, pero regresó en el año 2007 y desde entonces se mantiene en el cargo convirtiéndose en una dictadura de izquierda, pero que en esta segunda etapa ha moderado sus posiciones e incluso ha adoptado algunas posturas totalmente contrarias a la izquierda, como haberse convertido en un abierto opositor al aborto y abrir el país a grandes proyectos de infraestructura y desarrollo provenientes de China que es la potencia más capitalista quizá del mundo y de parte de rusos habiéndose convertido bajo Putin en un baluarte de los valores tradicionales y conservadores.

Este cambio de rumbo y de criterios de parte del presidente Daniel Ortega le han ganado la animadversión, el encono, odio y enfrentamiento de las bases duras y radicales del sandinismo incrustado aún en un comunismo recalcitrante y una izquierda radical que ve inaceptables estas posturas moderadas del presidente que encabezó la revolución marxista sandinista.

Y es aquí donde podemos encontrar el verdadero hilo negro del asunto, ya que el conflicto en Nicaragua explotó desde dentro y desde fuera en una acción coordinada pero que nadie ha dicho ni publicado.

Hace cuatro años publiqué un artículo bajo seudónimo, denunciado un disparate cometido por la arquidiócesis de Guadalajara, México, a la que pertenezco, en el cual denunciaba un homenaje rendido por el semanario de la arquidiócesis, en el cual se rindió honores a Ernesto Cardenal, al cual se presentaba como un gran luchador y un ejemplo, cuando como es sabido, éste fue condenado por Juan Pablo II y su brazo derecho el Cardenal Joseph Ratzinger, sin embargo ahora en el mundo aberrante que ha creado Bergoglio dentro de la Iglesia, este antiguo guerrillero terrorista y promotor de la teología de la liberación quedó redimido y sacado del basurero doctrinal e histórico para volver a la primera línea de acción.

En el artículo al que me refiero y del cual dejo el enlace para quien desee leerlo completo, hago referencia a cómo se distanciaron y terminaron totalmente enfrentados Ernesto Cardenal y Daniel Ortega y cómo el antiguo sacerdote se convirtió en el principal opositor, enemigo y combatiente de Daniel Ortega.

En dicho artículo, menciono que Ernesto Cardenal era el principal opositor al mayor proyecto de infraestructura de la historia de Nicaragua, que es el paso interoceánico que echó a andar China y Rusia como un abierto desafío a los intereses norteamericanos que controla el único paso que existe para cruzar del Océano Atlántico al Pacífico a través del Canal de Panamá y que el gigante norteamericano ha dominado durante más de un siglo haciéndose con el control del mayor paso de mercancías del mundo.

Desde hace cinco años que se dio a conocer la noticia de que se realizaría este inmenso proyecto de infraestructura en Nicaragua, le he dado seguimiento, publicando diversos artículos al respecto y en el último de ellos titulado: “Estados Unidos desata ola de desestabilización de Gobiernos de Hispanoamérica para impedir la construcción del canal de Nicaragua impulsado por los Brics», publicado hace dos años, advertía que Estados Unidos en ese momento gobernado por Barak Obama, desataría una operación para descarrilar el inmenso proyecto de infraestructura y esto sucedió tal cual lo advertí y aunque este proyecto es de la administración norteamericana anterior, el actual presidente Donald Trump no lo desactivó, sino que lo dejó seguir ya que es prioridad de los intereses comerciales norteamericanos que él tanto defiende, que no haya rival, ni competencia en su hegemonía y monopolio del único paso interoceánico de América que ellos controlan.

Otro factor a tomar en cuenta fue la dura crítica que lanzó el presidente Daniel Ortega en 2014 cuando se llevaba a cabo, como periódicamente, una masacre y genocidio de parte de Israel contra el pueblo palestino y en esa ocasión, Daniel Ortega calificó al actual Primer Ministro Netanyahu como un endemoniado, por el odio diabólico que mostraba contra los palestinos y que por tanto, debería ser exorcizado por el Papa Francisco. También hizo un fuerte llamado a la opinión pública internacional para detener esa masacre aberrante contra los palestinos.

Esta afrenta no la dejarían pasar los que son el pueblo más vengativo y más lleno de odio de la historia humana como es el pueblo judío, y a partir de abril de este 2018 encontraron la oportunidad perfecta para desatar su venganza, aprovechando y usando de pretexto la inconformidad por unos cambios en las prestaciones sociales que intentó imponer el gobierno de Ortega, para detonar una ola de protestas y desestabilización que se extendió a todo el país exigiendo la salida de Ortega y de su esposa que es la vicepresidenta.

Estas protestas estuvieron respaldadas, animadas y quizá coordinadas por el mismo Ernesto Cardenal, el principal enemigo político del Presidente Ortega y de la magna obra del canal interoceánico.

Cardenal, un enemigo jurado del progreso y comunista radical como ya hemos dicho, aprovechando su influencia y avalado por los premios internacionales que le ha entregado las instituciones que impulsan la destrucción de occidente, se convirtió en la voz más escuchada que exigía echar abajo este magno proyecto, ahí es donde la operación planeada por Obama se junta con la operación interna en Nicaragua para, desde ambos frentes, ejercer presión sobre Ortega llevándolo a renunciar.

En este contexto, todas las fuerzas radicales sandinistas revolucionarias y jacobinas que no se sienten representadas por Ortega por esta moderación de su postura y su oposición al aborto, estallaron contra Ortega y su esposa y desataron la violencia atacando principalmente a su enemigo mortal: la Iglesia Católica que nada tenía que ver en este conflicto, pero que ha sido blanco y objeto de muchos atentados.

Y por estar en medio de un conflicto de “simpatías” Jorge Mario Bergoglio ha preferido guardar silencio en este conflicto, ya que simpatiza tanto con la izquierda radical jacobina de Cardenal y los sandinistas, como con Daniel Ortega, así que su silencio cómplice e inaceptable, le han costado criticas de todo el mundo, de voces católicas y no católicas que incrédulas ven como algunos sacerdotes, obispos y católicos en general son linchados, agredidos y perseguidos con la venia cómplice por silenciosa de Bergoglio.

Esta postura cobarde y perversa de Francisco, contrasta totalmente con la valiente actitud del Papa Juan Pablo II que no solo no guardó silencio ante los atropellos y ataques sufridos por la iglesia nicaragüense y el pueblo de Dios durante la revolución y posterior ascenso al poder del sandinismo, sino que incluso, contra las recomendaciones de sus asesores, decidió ir personalmente a Nicaragua a defender a su rebaño y enfrentar al sandinismo que por estar incrustado en la teología de la liberación y apoyada en el comunismo soviético, era enemiga mortal del Papa polaco.

Y para terminar de comprender esta situación de Nicaragua en la que Daniel Ortega quedó atrapado sin ser él el causante de esta situación, él la asumió como propia y tanto él como muchos de su círculo inmediato reaccionaron impulsados por esos resortes primitivos de su accionar ideológico, inculpando de esta situación a la Iglesia y al pueblo indefenso, contra el que han lanzado una terrible represión en lugar de haberse aliado a estas fuerzas para denunciar y combatir al verdadero enemigo, que es como hemos visto, tanto el factor sionista, como la operación norteamericana y las de las huestes sandinistas radicales que son sus opositores políticos.

Daniel Ortega, cargará con la responsabilidad histórica de este baño de sangre que no pudo evitar por no haberlo previsto, y en lugar de solicitar el apoyo y orientación de Rusia y China para navegar en este mar lleno de minas, lo quiso hacer por sí mismo provocando un gran conflicto que no terminará hasta que las fuerzas contrarias a él y principalmente al proyecto del paso interoceánico, logren echarlo del poder y garantizar que quien lo sustituya arroje el proyecto a la basura y con ello garantice que Nicaragua quedará condenada a la pobreza y al sometimiento durante muchas décadas más.

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