«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Congreso de EEUU aprueba la histórica reforma fiscal de Trump

El presidente estadounidense, Donald Trump, rodeado por congresistas republicanos


Trump ha tildado esta rebaja impositiva de ‘fundamental’ para revitalizar la economía y acelerar el crecimiento anual de EE.UU.


La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado este jueves sin sobresaltos la «histórica» reforma fiscal impulsada por el presidente del país, Donald Trump, que promete profundos recortes de impuestos para trabajadores y empresas, y pasa la presión al Senado, que trabaja en su propia versión.
La votación ha reflejado la mayoría republicana en la cámara baja con 227 votos a favor, todos republicanos, y 205 en contra, todos de la oposición demócrata, más 13 conservadores que se les sumaron.
«Lo que estamos haciendo hoy no es determinar el sistema fiscal que vamos a tener, lo que estamos haciendo es determinar qué tipo de país vamos a tener», ha asegurado el congresista republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara y uno de los principales diseñadores de la propuesta, minutos antes de la votación.
El plan incluye bajar el impuesto de sociedades que pagan las empresas del 35 % actual a un 20 % y reducir los tramos impositivos de los siete actuales a tan solo cuatro.
Ryan ha cifrado el ahorro para la típica familia estadounidense en unos 1.182 dólares al año.
El presidente estadounidense, que visitó este jueves el Congreso para reunirse con los legisladores antes del voto, ha aplaudido la propuesta, que considera su prioridad legislativa de 2017, tras el fracaso de la revocación de la reforma sanitaria conocida como «Obamacare».
Trump ha señalado que esta rebaja impositiva es fundamental para revitalizar la actividad económica y acelerar el crecimiento anual de EE.UU. por encima del 3 %.
«Felicidades a la Cámara de Representantes por aprobar un gran paso para cumplir nuestro promesa de lograr recortes de impuestos históricos para los estadounidenses», ha escrito el mandatario en un mensaje en su cuenta de la red social Twitter.
Sin embargo, aún queda la parte más complicada del camino para lograr la prometida reforma fiscal.
A la par que la Cámara, el Senado trabaja en una propuesta paralela, con algunas modificaciones respecto a la aprobada hoy y que se prevé sea sometida a votación en diciembre.
En el Senado los republicanos cuentan con una mayoría más reducida que en la Cámara de Representantes, por lo que se espera una compleja batalla legislativa para que salga adelante.
La propuesta de la cámara alta retrasa el recorte de los impuestos a las empresas hasta 2019, lo que contrasta con la reducción inmediata del 35 % al 20 % de la versión ya aprobada.
Mantiene, asimismo, en 1 millón de dólares el tope de una popular deducción de intereses hipotecarios a la que se acogen millones de propietarios de viviendas, frente al límite de 500.000 dólares planeados por la Cámara de Representantes.
Esta semana, el Senado introdujo en su propuesta una nueva enmienda ligada a la reforma sanitaria de Obama, la revocación de la obligación de contratar un seguro médico, lo que ya ha generado inquietud entre algunos senadores.
Donde no hay desacuerdo entre ambas cámaras es en aumentar las deducciones fiscales por hijo (de 1.000 a 1.600 dólares), como venía reclamando Ivanka Trump, hija y asesora del mandatario y una de las mayores defensoras de la necesidad de un incremento.
Por su parte, los demócratas criticaron frontalmente la propuesta por considerar que favorece de manera mayoritaria a las rentas más altas.
«Se ensaña con la clase media y aquellos que aspiran a ella. Es un pillaje y un saqueo a la clase media», ha afirmado Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes.
En general, los republicanos están de acuerdo con la bajada de impuestos, el principal escollo es que el plan de Trump implica un aumento del déficit presupuestario de 1,5 billones de dólares en la próxima década, y muchos de ellos se oponen a cualquier incremento del endeudamiento federal.

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