Los comicios municipales en Cuba suponen el inicio del proceso por el que se dará un relevo generacional en el poder
Coincidiendo con el primer aniversario de la muerte de Fidel Castro (que tuvo lugar el sábado), los cubanos han votado este domingo en unas elecciones municipales a las que no ha concurrido la oposición al régimen. Los comicios suponen el inicio del proceso por el que se dará un relevo generacional en el poder: el actual presidente, Raúl Castro, será previsiblemente sustituido por el actual vicepresidente, Miguel Díaz-Canel.
Precisamente este último, de perfil más tecnocrático que los Castro, ha cerrado la puerta a cualquier posibilidad de cambio o apertura: ‘Yo no concibo rupturas en nuestro país; creo que ante todo tiene que haber continuidad’, ha aseverado Díaz-Canel tras depositar su voto en una de las urnas del colegio electoral La Habana. De esta forma, aunque ha eludido desvelar si será él el sucesor de Raúl Castro, ha señalado que en el futuro ‘habrá presidentes siempre defendiendo la Revolución’.
En un contexto electoral en el que los cubanos han elegido a los delegados del poder popular (el equivalente cubano a la figura de los concejales), Díaz-Canel ha lanzado una advertencia a Estados Unidos: ‘Hoy estamos haciendo un voto por la revolución, la patria y el socialismo, lo que enviará un mensaje de que este pueblo no se va a doblegar a los que quieren hacernos cambiar o imponer condiciones’.
Las implicaciones de los comicios
De acuerdo con los datos ofrecidos por la Comisión Nacional Electoral, a las 17:00 ya habían acudido a votar más de 7.200.000 personas, lo que constituye el 82 por ciento del censo. Si bien estaba previsto que a aquella hora se cerrasen los colegios electorales, éstos no se han clausurado hasta las 18:00. El objetivo era facilitar la concurrencia a las urnas de los cubanos del centro y el este de la isla que no habían podido votar como consecuencia de las intensas lluvias.
La organización municipal es lo mejor – o lo menos dañino – del régimen comunista cubano. No en vano, en aquélla se da una verdadera representatividad que deriva de la cercanía existente entre los delegados y el pueblo. Así se lo explica el economista Jorge Rodríguez a EFE: ‘El sistema cubano se pega al pueblo. En otras estructuras, el alcalde está muy lejos. Aquí es asequible, es nuestro vecino, uno sabe donde vive, compra en la misma bodega (tienda), hace la misma cola del pan y cuando se va la luz sufre el mismo apagón’.
No obstante, éste es uno de los pocos claros de un sistema básicamente oscuro; de un sistema en el que la libertad política es una entelequia, en el que el pluralismo brilla por su ausencia y en el que la miseria es mal generalizado.
De entre los delegados elegidos este domingo se designarán los candidatos a diputado de la Asamblea Nacional; candidatos que concurrirán a las elecciones generales que se celebrarán en los próximos meses y por las que se constituirá un nuevo parlamento. Precisamente la cámara legislativa será la encargada de ratificar, el próximo 24 de febrero, al nuevo presidente cubano.