Este domingo se celebran las elecciones generales en Turquía. Aproximadamente 64 millones de turcos (la población es de más de 85 millones) están llamados a las urnas para elegir al presidente que regirá los destinos del país otomano durante los próximos cinco años. A su vez, se celebran elecciones parlamentarias, con lo que los turcos también designarán a los 600 diputados que conforman la Büyük Millet Meclisi o Gran Asamblea Nacional de Turquía.
Las elecciones presidenciales se disputarán entre el líder de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu, del Partido Republicano del Pueblo (CHP, por sus siglas en turco), el antiguo miembro del partido CHP Sinan Ogan, que encabeza la Alianza ATA, y el actual presidente del país, Recep Tayyip Erdoğan, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).
Hasta hace pocos días había un cuarto contendiente, el presidente de la formación de centroizquierda Partido de la Patria (MP), Muharrem Ince, que anunció este jueves que se retiraba de la carrera electoral. «Retiro mi candidatura. Que no tengan más razones para culparme. Voten por nuestro partido, nuestro partido debe estar en el Parlamento«, señaló durante una rueda de prensa en la que alertó que en los últimos 45 días de campaña había presenciado lo que «no había visto en 45 años».
La novedad de estos comicios es que por primera vez en dos décadas —Erdogan llegó como primer ministro en 2003 y, en 2014, pasó a ser presidente— las encuestas dan una ligera ventaja al candidato de la oposición.
El sistema electoral de Turquía para la Presidencia prevé dos vueltas. Un candidato debe obtener una mayoría de más del 50 % de las papeletes para ser elegido. Si ningún candidato obtiene esa mayoría, se lleva a cabo una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados de la primera vuelta que en esta edición tendría lugar el próximo 28 de mayo, previsiblemente entre Erdogan y Kiliçdaroglu.
Según las últimas encuestas, Kiliçdaroglu estaría rozando el ansiado 50% que le llevaría a la Jefatura de Estado otomana, con Erdogan un poco por debajo, en torno al 45%, habiendo peridido apoyo en las últimas semanas; por otro lado, Ogan se situaría por debajo del 5%.
Kemal Kiliçdaroglu, el gran rival de Erdogan
El principal candidato a desbancar a Erdogan es líder del partido más antiguo de Turquía, el Cumhuriyet Halk Partisi (CHP) —Partido Republicano del Pueblo— fundado en 1923 por Mustafa Kemal Atatürk. Una formación política considerada como socialdemócrata y fiel a la Turquía moderna impulsada por el Padre de los turcos, muy diferente de la que ha ido construyendo Erdogan, que ha ido reislamizando el país a lo largo de sus mandatos.
Kiliçdaroglu encabeza una coalición de seis partidos Millet (Alianza de la Nación) que la forman, además de su partido, una amalgama de formaciones que abarcan un espectro desde el centroizquierda hasta la derecha a las que les une su oposición a Erdogan. Como recoge RTVE, al CHP le acompañan IYI (derecha secular); el Partido Democrático (centroderecha); Saadet (islamista conservador) y otras dos formaciones encabezadas por exmiembros del AKP que fueron ministros con Erdogan: Ali Babacan (partido Deva) y Ahmet Davutoglu (Gelecek).
Todas estas formaciones han pactado un programa previo que incluye la vuelta a un sistema donde el protagonismo político recaiga en el Parlamento y la presidencia tenga de nuevo un papel simbólico y arbitral, algo que reformó el propio Erdogan en 2017 suprimiendo la figura del primer ministro, y otorgando más poder a la Presidencia.
Ante el islamismo autoritario que ha querido proyectar Erdogan —con la conversión de Santa Sofía, de nuevo, en una mezquita como imagen paradigmática—, Kiliçdaroglu representaría una Turquía más respetuosa con las minorías religiosas, ya que el mismo pertenece a una: la aleví, una pequeña rama del islam que tradicionalmente ha sido discriminada en el país otomano.
Originario de una región de mayoría kurda, Kiliçdaroglu también sería mejor visto por las minorías étnicas. Como los kurdos, que suponen más de 15 millones de habitantes, cuyo partido ha apoyado su candidatura.
