«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Estados Unidos cumple su amenaza y ataca Siria

«Ahora mismo se trata de un único ataque aislado, y estoy convencido de que ha lanzado un mensaje muy firme», aseguró Mattis, quien añadió que habría más si el gobierno de Bashar al-Assad «deicidiera usar más armas químicas en el futuro».


Estados Unidos ha cumplido su amenaza. A las 3 de la madrugada, horas española, ha desencadenado un ataque con misiles sobre territorio sirio que el General Mattis, secretario de Defensa americano, cifra en algo más del doble en potencia de fuego que el llevado a cabo la última vez, en abril de 2007.
Mattis ha asegurado en rueda de prensa que se trata de un ataque de castigo único, que no tendrá continuación: «Ahora mismo se trata de un único ataque aislado, y estoy convencido de que ha lanzado un mensaje muy firme», aseguró Mattis, quien añadió que habría más si el gobierno de Bashar al-Assad «deicidiera usar más armas químicas en el futuro».
Los blancos fueron todos objetivos militares, y se usó la máxima precisión para evitar el daño a civiles y «víctimas extranjeras», es decir, militares rusos. Se trataría de un centro de investigación en Damasco y un par de centros de almacenamiento químico cerca Homs.
Rusia, que no ha sido notificada del ataque, lo ha condenado en los términos más duros, pero aún no ha tomado medidas para responder al mismo, pese a las amenazas estos pasados días del Kremlin de que «por cada misil lanzado por Estados Unidos, responderemos con tres».
Washington, ha asegurado Putin en un comunicado, ha lanzado «una ofensiva contra un Estado soberano que está en primera línea en la lucha contra el terrorismo». Añade que el ataque «viola la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho internacional”.
Más sutilmente siniestra es la nota hecha pública por Anatoly Antonov, embajador de Rusia en Washington: «Los peores temores se han hecho realidad. Nuestras advertencias no han sido escuchadas. Se ha puesto en marcha un escenario prediseñado. Una vez más estamos siendo amenazados. Hemos advertido que estas acciones no quedarán sin consecuencias. Toda la responsabilidad sobre las mismas corresponde a Washington, Londres y París.
Insultar al presidente de Rusia es inaceptable e inadmisible.
Estados Unidos -poseedor del mayor arsenal de armas químicas- no tiene legitimidad moral para culpar a otros países».

El mensaje de Trump

El presidente Donald Trump, hasta hace no tanto acérrimo partidario de la no intervención en Siria, anunciaba así el ataque:  «Hace un momento, he ordenado a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos lanzar ataques de precisión contra objetivos asociados a las capacidades de armamento químico del dictador sirio, Bachar al Asad. Una operación conjunta con las fuerzas armadas de Francia y el Reino Unido está en marcha en estos momentos».
El primer ataque tuvo como objetivo un centro de investigación científica ubicado cerca de Damasco y utilizado, según Washington, para «la investigación, desarrollo, producción y pruebas de armas químicas y biológicas».
En un segundo ataque de Estados Unidos y sus aliados quedó destruido un presunto deposito de armas químicas situado al oeste de Homs en el que el Gobierno de Al Asad almacenaba sus principales reservas de gas sarín, una de las sustancias utilizadas en los presuntos ataques químicos. Finalmente, el tercer objetivo de las potencias occidentales fue otro almacén con armas químicas y un importante centro de comandancia ubicados cerca del segundo objetivo, al oeste de Homs, siempre según la versión de Estados Unidos.
Siria, por su parte, afirma haber conseguido desviar e interceptar el 70% de los misiles lanzados y no haber sufrido daños en puntos estratégicos.
 

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