«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
En Mozambique también se han acrecentado los casos de violencia islamista

Se agrava la persecución contra los cristianos en Sudán del Sur: asesinan a tiros un joven católico en unas instalaciones parroquiales

Paul Tamania, joven católico asesinado. Redes sociales

Un joven cristiano, de nombre Paul Tamania, coordinador de la Organización Católica para el Desarrollo y la Paz (CODEP), ha sido asesinado a tiros en Sudán del Sur, según informan medios locales. El crimen se produjo dentro del recinto de la parroquia de Santa María Auxiliadora, en el condado de Tombura, ubicado en el estado de Ecuatoria Occidental. Las autoridades locales han abierto una investigación, aunque por ahora no se han dado a conocer resultados concluyentes.

El obispo de la diócesis de Tombura-Yambio, Mons. Barani Eduardo Hiiboro Kussala, ha expresado su profundo dolor y condenado enérgicamente el atentado: «Los lugares sagrados no pueden convertirse en escenarios de violencia. La Iglesia es un espacio de consuelo espiritual, no un campo de batalla. Atacar a una persona en un sitio así es una grave transgresión moral y una afrenta contra toda la humanidad».

Además, el prelado ha instado a los dirigentes del país a actuar con urgencia: «Es su obligación moral y legal proteger a los ciudadanos. Exigimos justicia para Paul y que se restaure la tranquilidad en la región. Defender la vida debe ser una prioridad incuestionable para todo gobierno».

Desde allí, el foco se traslada a Mozambique, donde las comunidades cristianas vienen sufriendo una dura persecución desde 2017, a manos de grupos islamistas radicales vinculados al Estado Islámico. Estos grupos extremistas pretenden imponer la ley islámica en el norte del país y han cometido innumerables abusos: asesinatos, secuestros, violencia sexual y forzamiento al reclutamiento armado, según ha denunciado la organización Puertas Abiertas.

Uno de los casos más impactantes es el de Omar y su esposa Maddalena, quienes fueron desplazados de su aldea tras predicar el evangelio a varias familias, algunas de las cuales se convirtieron al cristianismo. La situación se tornó crítica cuando Omar fue interceptado por extremistas, que lo golpearon, lo inmovilizaron con alambres y amenazaron con matarlo. En ese instante, contó que se encomendó a Dios con una oración: «Señor, hazte presente como el Dios verdadero». Fue entonces cuando, inesperadamente, intervinieron agentes de seguridad que dispersaron a los atacantes. «Ahora sé lo que significa sufrir por Jesús. Lo viví en carne propia», afirmó Omar.

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