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el entorno de la parroquia ya se ha convertido en un cementerio

Via Crucis en Gaza: así vive la Cuaresma el único templo católico de la Franja

Fieles católicos acuden a la celebración de la Santa Misa en la Parroquia de la Sagrada Familia, en Gaza.

Gaza vive su particular Via Crucis. Tras los ataques terroristas del pasado 7 de octubre, perpetrados por milicianos de Hamás, la Franja de Gaza se ha sumido en un conflicto cuya repercusión no escapa a nadie. Miles de muertos a ambos lados de la débil frontera entre Israel y Palestina ponen en evidencia la gestión de las autoridades. Mientras unos se niegan a condenar los atentados antisemitas contra la población civil de Israel, otros se empeñan en silenciar el asedio mortal de la Franja.

En medio de este fuego cruzado sobrevive la parroquia de la Sagrada Familia. El único templo católico de toda la Franja atiende a los más de 400.000 civiles que aún habitan la ciudad más bombardeada del mundo. Una atención que se da entre escombros y sirenas, y que cuenta con el apoyo y oración del Papa Francisco. El Santo Padre llama cada día al Padre Gabriel Romanelli, párroco de la pequeña comunidad, para transmitir el apoyo de la Iglesia entera.

El mundo vive unas semanas de Cuaresma que en Gaza cobran todo el sentido. Cada viernes, miles de iglesias del orbe celebran el rezo del Via Crucis, y la Sagrada Familia de Gaza no es menos. Desde el pasado viernes 16 de febrero, la única iglesia católica de la Franja reza un «Via Crucis de Gaza en Gaza», tal y como ha explicado Romanelli.

«Muchas veces en nuestra vida hemos escuchado y rezado distritos Via Crucis, aplicándolos a situaciones concretas de la Iglesia. Con diferentes intenciones, rezando por los lugares donde la Iglesia sufre. Aquí en Gaza lo estamos rezando por la paz. Lo hemos hecho todos estos años, y aquí se le tiene mucha devoción al Via Crucis».

Una oración por la paz que la comunidad repite entre los escombros del templo, que ha sido objeto de ataques por parte de las FDI: «Estamos pidiendo por la paz, por el final de la guerra, mientras rezamos con mucha simplicidad sobre la Pasión y el sufrimiento de Cristo. Por eso todos podemos rezar por la paz, por todos aquellos que sufren, por aquellos que han sido privados injustamente de la libertad, de los heridos, asesinados injustamente, aquellos que no encuentran consuelo, una Verónica que limpie su rostro. Es el sufrimiento de personas humanas que Jesucristo sufrió en la cruz».

No en vano la parroquia de la Sagrada Familia celebró hace unos días la festividad de San Porfirio. Santo nacido en Tesalónica en el siglo V, fue obispo de Gaza. A su intercesión se acogen en este pequeño templo: «Hemos rezado y le hemos pedido por todos los habitantes de Gaza y de la Franja, donde fue Obispo y obtuvo muchas gracias del Señor». Una súplica que, tal y como comenta el párroco, también dirigen a la Virgen: «Le imploramos, por favor, que nos conceda un periodo de paz en Gaza, de manera inmediata y permanente. Que la Virgen Santísima nos bendiga a todos», ha pedido entre lágrimas.

Las lágrimas de la Sagrada Familia que se derraman por los muertos. Visiblemente emocionado, el Padre Gabriel reconoce que el entorno de la parroquia ya se ha convertido en un cementerio. «Las familias cristianas suplican que termine este Via Crucis, este calvario de todos los ciudadanos, con la liberación de todos los que están privados de libertad, de un lado y de otro, y que los heridos, decenas de miles, sean curados, los muertos enterrados y sus familiares puedan llorar sobre sus tumbas». Unas tumbas improvisadas entre los escombros de la guerra: «En cuanto hay un trozo de tierra arenosa disponible, los muertos son enterrados allí». Es Cuaresma y en Gaza ya no quedan tumbas para tantos cadáveres inocentes.

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