¿Prisión permanente? Ya se sabe, cuando se trata de valores, del bien y del mal, la izquierda tiene esa extraña habilidad de colocarse siempre en el lado equivocado.
La sesión de Control al Gobierno en el Congreso que suena de fondo mientras escribimos estas líneas ya tuvo su avanzadilla, su aperitivo, este martes, en el estreno de Pedro Sánchez en el Senado. Así que, al margen de lo que nos diga hoy, les vamos contando lo que piensa el nuevo equipo gubernamental que habita Moncloa: para el señor Sánchez la solución de lo que ocurre en Cataluña pasa por el diálogo porque, del hecho de que el apoyo al separatismo haya pasado del 15 al 40 por ciento en diez años no parece tener culpa alguna la labor adoctrinadora del independentismo en las aulas y sí, en cambio, que a los caprichosos separatistas se les quitara el Estatuto inconstitucional que pactaron con Rodríguez Zapatero.
Luego están las prioridades de la ministra de Justicia, la señora Dolores Delgado: preguntada sobre la intención del nuevo Ejecutivo de derogar la Prisión Permanente Revisable, Delgado ratificaba este martes su desacuerdo con esta pena introducida en el Código Penal por el gobierno de Rajoy (quizá lo único bueno que nos dejan sus dos legislaturas): “es inhumana”, decía la señora Delgado. Para gustos hay adjetivos, ministra, pero si inhumano es meter en la cárcel a un asesino durante mínimo 25 años… ¿cómo llamamos a lo que hizo el parricida de Moraña? ¿Qué calificativo ponemos a matar a tus hijas con una sierra radial? Quizá eso, y no enviar a un asesino a la cárcel de por vida, es lo inhumano. Pero ya se sabe, cuando se trata de valores, del bien y del mal, la izquierda tiene esa extraña habilidad de colocarse siempre en el lado equivocado.
También se habló en el Senado del Aquarius. El resumen es que, mientras las fuerzas armadas y de seguridad alertan de la gravísima equivocación que suponen los gestos del señor Sánchez, en el Senado -y seguramente en el Congreso sea más de lo mismo- no hay ningún político que se atreva a alzar la voz contra uno, la burda propaganda sensiblera y mediática del nuevo Ejecutivo y dos, la irresponsabilidad que suponen las llamadas a la concordia universal sin saber, en realidad, cómo conseguirla.
No exigiremos mucho estos días al nuevo grupo mayoritario de la oposición, que bastante tiene el Partido Popular con encontrarse a sí mismo. Este miércoles, por cierto, acaba el plazo para presentar las candidaturas a liderar el PP y, a esta hora, las cosas están como usted ya sabe: compiten por la presidencia Casado, Cospedal, Sáenz de Santamaría, García Margallo, Bayo y García Hernández. Estos tres últimos, en realidad, podemos quitarlos ya de las listas y a Casado, parece que le van a dar la campaña con lo del máster. Así que… la guerra será entre las dos números dos -una en Moncloa, la otra en Génova- de Mariano Rajoy. Preparen las armaduras.
Antes de despedirnos, un vistazo necesario a lo que ocurre al otro lado del Atlántico. Seguro que le han llegado esas imágenes -terribles imágenes- de niños encerrados. Son niños que han entrado de forma ilegal en Estados Unidos. Están solos porque han sido separados de los adultos que los acompañaban. Y, aunque le hayan intentado hacer creer lo contrario, esas fotos no se han hecho durante la administración Trump sino en la bendecida por la progresía administración Obama. Seguramente hoy haya imágenes parecidas, porque la política de separar a adultos de niños sigue vigente en los Estados Unidos de Trump, pero conviene contar con las herramientas necesarias para hacer frente a los intentos de engaño de los grandes medios (los mismos, por cierto, que acusan en ocasiones a diarios más pequeños como este de generar noticias falsas). Si quieren saber qué hay de cierto y qué de falso en el asunto de los menores inmigrantes, no se pierdan este tema aclaratorio de Carlos Esteban. Como adelanto: “Precisamente por la mala prensa que daban estas separaciones se impuso la política de ignorar la ley y dejar en libertad a quienes llevaban niños a su cargo. Pero el mercado funciona, funcionan los incentivos y esta práctica -burla absoluta de la ley- hizo aconsejable viajar con algún niño para quedar en libertad inmediatamente -‘catch and realease’- en caso de captura”.
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