«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Italia aboga ya por frenar la inmigración a Europa desde Libia

El ministro de Exteriores italiano, Angelino Alfano (dcha), y el enviado especial de la ONU para Libia, Ghassan Salame (izq).

Convertido en uno de los países europeos con mayor presión migratoria, Italia pide instalar campos de refugiados en Libia y reducir la inmigración al continente

El ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Angelino Alfano, reclama la organización de campos para refugiados con «condiciones aceptables» en Libia, como solución para contener los flujos migratorios que parten del país hacia Europa.

Alfano se ha referido a esta posibilidad -que ya había sugerido, entre otros, el ministro de Exteriores de Austria, Sebastian Kurz– durante una conversación con el enviado especial de las Naciones Unidas para Libia, Ghassan Salamé, en Roma.

«Tenemos la ocasión de hacer que disminuya el flujo migratorio y organizar campos de refugiados en Libia. Debemos invertir en las organizaciones humanitarias internacionales para que estos campos de refugiados tengan condiciones aceptables desde el punto de vista del respeto de los derechos humanos», dijo Alfano en una rueda de prensa conjunta celebrada al término de la reunión.

Repatriación

Otra solución al drama migratorio, según Alfano, es organizar «programas de repatriación voluntaria asistidos desde el punto de vista económico y de los derechos humanos» para las personas que ya se encuentran en Libia y que deseen volver a sus países de origen.

El drama migratorio es un desafío que afecta a Europa y que preocupa especialmente a Italia, que recibe actualmente al mayor número de migrantes -algunos refugiados, algunos inmigrantes económicos- que parten desde Libia para alcanzar Europa a través del Mediterráneo y que son, casi siempre, víctimas de mafias organizadas a las que pagan millones por un viaje inseguro a través del Mediterráneo.

De hecho, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 116.692 inmigrantes y potenciales refugiados han llegado a Europa desde el 1 de enero hasta el 6 de agosto a través del Mediterráneo y, de ellos, 96.438 lo han hecho por Italia.

Inversión económica

El plan para cumplir con el objetivo europeo de «dejar entrar menos inmigrantes a Libia (país de tránsito de subsaharianos y otros migrantes)» pasa por acciones como una mayor inversión económica en países limítrofes. «Cuantos menos entren, menos salen. Es prioritario disminuir el flujo de entrada» a Libia, añade el italiano. Unas medidas que, de nuevo, no son originales. Ya hace más de un año el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, propuso como alternativa a la llegada masiva de refugiados a Europa la ayuda económica a los países más desfavorecidos o asolados por las guerras, de forma que, o bien no se vieran obligados a salir de sus países, o bien quedaran cerca de ellos para poder regresar cuando terminara el conflicto.

Entonces Orbán fue tachado de insolidario y xenófobo. Hoy Italia, que soporta una enorme presión migratoria, se une a su discurso.

Para lograr este objetivo, el Gobierno transalpino ha decidido poner en marcha acciones como la de brindar «adiestramiento y formación» a los guardacostas libios para que combatan el tráfico de seres humanos o la de elaborar un código de conducta para las ONG que quieran seguir operando en rescates en el mar.

Contra el tráfico de las ONG

Además, recientemente ha aprobado el envío de buques militares a las aguas territoriales de Libia con el objetivo de combatir el tráfico, una misión que, según Salamé, es una solución válida.

«Sé que ha habido debate en Libia sobre este tema, pero creo que la cooperación y la transparencia en las relaciones bilaterales entre Italia y Libia es el modo más constructivo de tratar la situación», declaró el enviado especial.

La ONU ampara en Libia al Gobierno de Unidad Nacional de Fayez al Serraj, con sede en Trípoli y escasa influencia en el resto del país.

Mientras, el mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte en el este del país, ha rechazado el despliegue de la misión de patrullaje conjunto de las aguas territoriales libias aprobada por Italia.

TEMAS |
.
Fondo newsletter