Rodeado de ‘los suyos’ -cuĆ”nta falta le harĆan al futuro expresidente amigos de los de verdad, de los que no dicen lo que uno quiere oĆr sino lo que necesita saber-, delegando en la ministra de Defensa y secretaria general de su partido el papelón de justificar que no habrĆ” dimisión.
Estamos, salvo sorpresa, a pocas horas de asistir a la primera moción de censura exitosa de la democracia. Por primera vez desde nuestra Constitución del 78, un presidente de Gobierno dejarÔ de serlo en virtud de la herramienta constitucional que habilita a la oposición para mandar a casa a todo un Ejecutivo.
SÔnchez tomarÔ posesión ante el Rey este sÔbado a las 11 horas en Zarzuela
Decimos ‘salvo sorpresa’ casi cruzando los dedos, pero con pocas esperanzas de que aĆŗn quede algo -algo- de aquel discurso sensato que llevó a Mariano Rajoy a la Moncloa hace dos legislaturas y que hoy parece una de esas historias que, por increĆbles, los mĆ”s jóvenes asumen sólo como leyenda.
Vamos primero con Rajoy y despuĆ©s con los demĆ”s, con los que, pervirtiendo las urnas y las normas, llegan a La Moncloa, no por la puerta de atrĆ”s, sino por una indigna rendija, como quien roba a un muerto. ĀæAy, dignidad, cuĆ”ndo abandonaste a nuestros polĆticos?
Lo de Mariano Rajoy
Un buen discurso, grandes titulares y abundante material para las crónicas pero, una vez llegados al momento crucial, una vez que el PNV confirmó que es lo que siempre ha sido –un traidor a EspaƱa que usa a EspaƱa para destruirla-, la huida. La eterna sobremesa en un restaurante. La desaparición. Rodeado de ‘los suyos’ -cuĆ”nta falta le harĆan al futuro expresidente amigos de los de verdad, de los que no dicen lo que uno quiere oĆr sino lo que necesita saber-, delegando en la ministra de Defensa y secretaria general de su partido el papelón de justificar que no habrĆ” dimisión.
Mentira y traición. Es vivir siendo un cobarde en lugar de morir como un valiente. Es rajoyismo y arriolismo en copa de balón con tónica. No es verdad, seƱor Rajoy, que su dimisión no sirva de nada. Si usted dimite hoy, su Gobierno queda en funciones, se inicia una ronda de contactos para buscar una investidura y Pedro SĆ”nchez -o el que venga- debe buscar apoyos, con programa incluido, en la CĆ”mara. Debe explicar quĆ© harĆ” con los separatistas, quĆ© polĆtica económica pondrĆ” en marcha y, mĆ”s aĆŗn, quĆ© cuota de poder darĆ” a los del puƱo en alto y piscina en el jardĆn. De entrada, y cómo mĆnimo, EspaƱa gana tiempo. Y, no menos importante, los votantes del PSOE asisten a la traición de su lĆder con luz y taquĆgrafos, con información para la siguiente cita con las urnas. Pero el PP no permitirĆ” que la verdad le arruine un buen titular y entonarĆ” hoy hasta la saciedad el āla dimisión no servirĆa de nada. Nos echanā. QuĆ© pobre es aquel que busca sin encontrar su dignidad.
El todavĆa presidente dijo en una ocasión a los suyos que, al final, lo importante en la vida es ser feliz. Y asĆ nos ha ido. Porque un presidente de Gobierno que no entiende que muy por delante de su felicidad -pero muy, muy por delante- estĆ” ese algo llamado deber… quizĆ” nunca deberĆa haber sido presidente del Gobierno.
Sobre los otros, sobre los que han traicionado de manera tan vil y burda a sus votantes -a ver cómo explicamos lo del PSOE pactando con la rancia ‘derecha’ peneuvista y exconvergencia; a los de Podemos aprobando y aplicando los Presupuestos de los ricos -ji, ji, ji- del Partido Popular y a las familias de las vĆctimas socialistas del terrorismo etarra lo de ir con Bildu a partir piƱones- lo de los otros, decimos, podrĆ” resolverse con suerte en las próximas elecciones, pero quizĆ” a un precio demasiado alto para EspaƱa.