A falta de ocho días para las elecciones en Estados Unidos, el presidente Donald Trump arengó el lunes a los votantes en Pensilvania, un estado clave que conquistó en 2016 y es crucial para derrotar al aspirante demócrata Joe Biden y ganar un segundo mandato.
Pensilvania es un estado en que los votantes tienden a oscilar entre cualquiera de los dos grandes partidos y ha sido cortejado con fuerza por ambos candidatos, que han realizado visitas frecuentes.
La victoria de Trump en Pensilvania en 2016 fue vital para el triunfo final frente a la demócrata Hillary Clinton
En un discurso a sus seguidores, Trump se refirió a lo que calificó como un asunto «existencial» sobre Pensilvania: el comentario que hizo Biden durante el debate de la semana pasada sobre que si resultaba elegido haría una «transición» para alejar a Estados Unidos del petróleo y el gas natural.
«Quiere apostar por molinos de viento hechos en Alemania y China», afirmó Trump, quien agregó que «el plan de Biden es una sentencia de muerte económica para el sector energético de Pensilvania».
Trump tiene previstos múltiples viajes esta semana. Primero a Michigan, nuevamente Pensilvania y Wisconsin, además de visitas a Nebraska, Arizona y Nevada.
Mientras tanto, el demócrata Joe Biden articula una en Georgia, estado que acabó optando por Trump en 2016 por unos 5 puntos porcentuales y no ha dado su respaldo a un candidato presidencial demócrata desde 1992. Pese a los esfuerzos de la izquierda por conquistar dicha entidad federativa, las encuestas muestran una reñida contienda.
(Con información de Reuters)