«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
'Los presos políticos son la reserva moral de Nicaragua'

El exembajador de Nicaragua ante la OEA afirma que se pronunció contra Ortega por el maltrato al que ha sometido a los presos políticos

El exembajador de Nicaragua en la OEA, Arturo McFields. Twitter

Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA) que el miércoles condenó la dictadura de Daniel Ortega frente al organismo, ha asegurado un día después que «el detonante» para tomar esa decisión no han sido solo «los presos políticos», sino también «la manera en que los están tratando».

«Es una manera inhumana», ha asegurado en una entrevista concedida al periódico nicaragüense ‘La Prensa’, donde ha confesado llevar quince días sin dormir y comer bien por esa «carga» que tanto «estrés» y «temor» le ha causado. Aunque, matiza, cualquier cosa que él pueda sentir «no se compara con lo que está sufriendo tanta gente en Nicaragua».

«Las personas que están en esas cárceles son la reserva moral de Nicaragua, ellos nos están dando un gran ejemplo (…) y espero que así como ellos me motivaron a hablar, también yo de alguna forma, aunque sea un poquito, logre motivar a alguien a hablar», ha expresado.

«No fue una decisión fácil, fue difícil, pero necesaria y me siento como si me quitaron un yunque de la espalda, me siento libre gracias a dios y me siento en paz», ha expresado McFields, un «embajador desempleado», que ha asegurado sentir «miedo» por su seguridad y la de su familia.

El régimen de Ortega ha hecho oficial este jueves la destitución de McFields ante la OEA y ha nombrado a Francisco Campbell Hooker -también embajador en Estados Unidos- como sustituto, tal y como adelantó un día antes a través de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.

McFields -quien ha negado haber recibido «un fajo de dinero de la CIA» o cualquier otra de «esas historias que van contando»- ha profundizado un poco más en los motivos que le llevaron a condenar a la tiranía de Ortega y ha relatado cómo cuando empezó a subir escalones en el escalafón comenzó a percatarse de «una serie de cosas» que «no están bien».

«Sabemos que hay cosas duras que se hacen de parte de algunas autoridades, pero también sabemos que guardar silencio no es una opción. Existen miles de funcionarios que se han ido calladitos y no han dicho ni una palabra. Alguien me dijo que tenía que irme calladito, pero (…) uno no puede estar pensando en su bienestar temporal (…) Tengo una hija que un día me va a mirar a los ojos y me va a decir qué hice por esos presos, por esos que murieron».

«Espero que lo que estoy haciendo el día de hoy haga despertar a todos esos funcionarios. (…) Te lo dicen grandes funcionarios ministros te lo dicen y (…) también funcionarios medios, te lo dice la secretaria, el soldadito de línea y el coronel, y te dicen esto está mal, estamos arruinándolo todo, te lo dicen, están en contra de los presos políticos porque es inhumano», ha dicho.

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