Ha sido una verdadera caída de caballo camino de Damasco para muchos políticos demócratas lo de los últimos días. Ayer imponían como gobernadores o alcaldes o defendían como legisladores regímenes sanitarios que harían sonrojarse a Stalin y rozaban el sadismo, y hoy anuncian el fin del «periodo especial» y el regreso a la normalidad.
Desconfíen, advierte el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis: volverán a imponer restricciones en cuanto pasen las elecciones a gobernador y al Congreso.
«En el momento en que terminen esas elecciones, impondrán mandatos», ha declarado DeSantis en una mesa redonda en Doral, Florida, en referencia a tantos estados demócratas que han empezado a levantar las draconianas restricciones impuestas con la excusa del covid justo a pocos meses de la llamada a las urnas. «Están ‘escondiendo’ a Fauci porque saben que volverá a decir que no, que todavía no te puedes quitar la mascarilla, que nunca volveremos a la normalidad. Saben que la gente no quiere eso, que la gente quiere tener la facultad de decidir por sí mismos».
Para DeSantis no se trata de irresponsabilidad, sino de todo lo contrario: de confiar en que la gente normal es perfectamente capaz de adoptar las medidas de prudencia necesaria de forma individual. «Lo que está mal es dar órdenes a la gente y restringir su libertad, y esto es lo que va a pasar. Se lo garantizo, es lo que va a pasar en el invierno de 2022″.
Solo hay una forma de asegurar que no se vuelve a la pesadilla totalitaria: que se produzca una ola de victorias republicanas por todo el país.
DeSantis se burla de los políticos que ahora abren la mano y se excusan diciendo que «la ciencia ha cambiado». Pero no, «la ciencia no ha cambiado, lo que ha cambiado ha sido la necesidad política». «Sienten el rechazo de la gente», subraya.
Y sigue: «Saben que los votantes se han cansado de las políticas de restricciones perpetuas. Saben que en todo este tiempo no han previsto ninguna salida a la situación y saben que esto les va a pasar factura en las urnas; eso es lo que ha provocado esta súbita epifanía».
La profecía de DeSantis parece confirmarse en el caso de David Ige, gobernador demócrata de Hawai, que ha anunciado que eliminará la obligación de llevar mascarillas a partir del 25 de marzo, pero advirtiendo que podrían volver a imponerla en el futuro «si aumenta la incidencia».
