«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
EL REFERÉNDUM SE CELEBRARÁ ESTE DOMINGO, A LA VEZ QUE LAS ELECCIONES GENERALES

El Gobierno de Orbán da la voz al pueblo húngaro para que ratifique su ley de protección de los menores frente al adoctrinamiento LGTBI

Seguidores de Fidesz, partido de Viktor Orbán. Facebook

Hungría celebra elecciones legislativas este domingo y paralelamente el partido del Gobierno, Fidesz, ha convocado a la población a votar en un referéndum la ley de protección de los menores húngaros contra la propaganda LGTBI en las escuelas.

La ley que será sometida a consulta –los húngaros se posicionarán sobre el referéndum emitiendo el voto en los colegios electorales donde también votarán por su candidato electoral- protege el derecho de los padres a decidir la educación que reciben sus hijos menores de edad.

Al contrario de lo que la propaganda mediática y los burócratas de Bruselas aseguran con la intención de desacreditar esta ley promovida por el partido del primer ministro, Viktor Orbán, la norma no va en contra de los derechos de la comunidad LGTBI en Hungría. Este punto queda demostrado en la forma en la qué está redactado el referéndum.

La consulta constará de cuatro peguntas distintas a las que los húngaros deberán responder con una respuesta afirmativa o negativa:

1.     ¿Estás de acuerdo con que las escuelas públicas enseñen sobre orientación sexual a los menores sin el consentimiento de sus padres?

2.     ¿Estás de acuerdo con la promoción de tratamientos de cambio de género para los niños menores?

3.     ¿Estás de acuerdo con la emisión sin restricciones de contenido sexual explícito en los medios para los niños menores que pueda afectar a su desarrollo?

4.     ¿Estás de acuerdo con que se muestre en los medios contenido sobre cambio de género para los menores?

La redacción de las preguntas aclara que la ley de protección de los menores no busca perseguir a la comunidad gay ni promover la homofobia en las escuelas; está destinada a restringir la propaganda LGTBI y proteger la autoridad y el derecho de los padres a decidir qué enseñanzas deben recibir sus hijos en los colegios.

Así, el Gobierno de Orbán ha defendido la aplicación de esta ley frente a los ataques de las ONG defensoras de los Derechos Humanos y de la Unión Europea. «Creemos que la enseñanza sexual para menores pertenece exclusivamente a los padres», han asegurado desde el Ejecutivo.

La norma previene el adoctrinamiento de los niños, a la vez que los protege de la pedofilia y la pornografía y defiende el derecho de los húngaros a tomar decisiones sobre asuntos que directamente pueden repercutir en sus vidas y en las de sus hijos.

Además de este plebiscito –necesita una participación del 50 por ciento para ser considerado válido—Hungría elige a 199 diputados de la Asamblea Nacional, la Cámara que tiene la competencia de nombrar al presidente y al primer ministro del país.

Tras la elección en marzo de Katalin Novák –leal a Orbán- como nueva presidente de la República con 137 votos a favor y un apoyo superior a la mayoría de dos tercios necesaria, ahora está en juego la composición de la Cámara que también es la encargada de fiscalizar las acciones del Gobierno.

Fidesz ha obtenido durante las últimas elecciones ‘supermayorías’ que le han garantizado el control de la Asamblea –en 2018 obtuvo el 49 por ciento de los votos- y busca revalidar este apoyo en los comicios de este domingo contra el intento desesperado de la oposición que se ha unido en una coalición que aglutina a socialistas, comunistas, liberales y nazis.

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