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A LA CABEZA DEL DESPLOME ECONÓMICO

El ruinoso camino de la Argentina ‘kirchnerista’ apunta a España

Los lazos entre Unidas Podemos, hoy parte del Gobierno de España, y el peronismo en Argentina son innumerables. De ahí la alegría del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, en octubre de 2019 por la victoria de la dupla izquierdista formada por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones presidenciales.

Su satisfacción llegó un mes y medio después de que su grupo parlamentario, Unidas Podemos, reservara la Sala Constitucional en el Congreso de los Diputados para un acto de campaña de su candidato alegando una jornada sobre ‘Nuevos horizontes económicos en América Latina y Europa‘. La diputada Gloria Elizo, así como Gerardo Pisarello, el jefe de gabinete de Pablo Iglesias, Pablo Gentili, hoy alto cargo del Ministerio de Educación argentino, y el fundador de Podemos Juan Carlos Monedero estuvieron presentes.

El Ejecutivo argentino es un ejemplo para la formación morada. Ya lo dejó claro el pasado mes de abril la ministra de Igualdad, Irene Montero, al afirmar que su modelo para salir de la crisis provocada por la pandemia de coronavirus era Argentina. «El ejemplo de Argentina nos demuestra que sí se pueden construir alternativas y formas de organización social que no dejen a nadie atrás», afirmó.

Lo dijo refiriéndose a un país arruinado y económicamente inviable en el que la pobreza aumentó al 40,9% en el primer semestre de 2020, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en el que en ese mismo periodo el nivel de indigencia creció al 10,5%, y que, además, vive en recesión desde 2018 y cuenta con un histórico problema de inflación -en la actualidad se mantiene sobre el 40% interanual-. Y cuyo cierre de la economía por el Covid hará que el Producto Interior Bruto (PIB) termine este año con una caída superior al 12,1, mayor que en la crisis de 2001.

«Hoy Argentina no puede pagar nada. Durante ciertos años no puede pagar nada», aseveró el ministro de Economía, Martín Guzmán, semanas después de decretar el aislamiento obligatorio por el virus en marzo. Es el mismo que la pasada semana negó que busquen reducir el gasto público para atajar la crisis económica. ¿Les suena?

España, de la mano de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, ya va por el camino ruinoso de Argentina. Nuestro país, que aprobó la pasada semana el nuevo límite de gasto no financiero, conocido popularmente como techo de gasto, que marca el máximo de desembolsos que pueden realizar los ministerios, sin incluir los costes por intereses y otras partidas, se ubica a la cabeza del desplome económico mundial y, a juicio del Banco de España, un 25% de las empresas están en quiebra técnica.

Desde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ya situaron el descenso del PIB en un escenario con rebrotes -como el actual- en un 14,4%, el mayor de los países industrializados, y se ha convertido en el Estado miembro de la UE con peores datos de desempleo entre los menores de 25 años con una tasa de 43,9% en el mes de agosto, por delante de Grecia (39,3%) y triplicando prácticamente la media de la Unión (17,6%).

Un factor imprescindible es la cruzada del Ejecutivo contra la hostelería y el turismo, dos sectores vitales para la economía española al suponer más del 6% y el 13% del PIB, respectivamente, y que en el caso del turismo genera el 12% de los empleos. Para la hemeroteca -negra- quedan las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, diciendo que el turismo se trata de un «sector estacional, precario y de bajo valor añadido» en mitad de la primera oleada de Covid.

Estos dos sectores han quedado mermados todavía más por el nuevo confinamiento decretado por el Gobierno en Madrid y que tendrá unas consecuencias que arrastrarán a la economía nacional. Según distintas estimaciones, el PIB nacional caerá un 0,2% en un escenario de cierre suave (de dos semanas), y un 0,5% en un escenario más duro. La horquilla, por tanto, de pérdidas podría llegar a los 5.600 millones de euros.

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