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Sigue la amenaza del terrorismo islamista

Gilles Kepel: ‘Estamos en la cuarta ola yihadista, un virus que se ha convertido en pandemia’

Célula yihadista desarticulada en 2015 que planeaba atentar en Cataluña. Europa Press

El conocido arabista francés Gilles Kepel apoya al presidente Macron en su proyecto de ley contra el separatismo islamista. «Que Francia detenga a los islamistas o habrá balcanización”.

Maestros del odio que “infectan” a individuos que ya presentan “comorbilidades” islamistas, contraen el virus por la “vía atmosférica” de la web y desarrollan una patología mortal hasta que actúan. Es la cuarta fase del terrorismo islámico ilustrada por Gilles Kepel en su nuevo libro de la editorial Gallimard, Le prophète et la pandémie, que Feltrinelli publicará en mayo. Kepel, uno de los principales expertos del mundo árabe-musulmán, es consciente del mecanismo que condujo a la muerte de Samuel Paty y a las amenazas a Didier Lemaire.

Un yihadista, Larossi Abballa, asesinó a un oficial de policía y a su esposa en Magnanville. Después, hizo un discurso en Facebook en el que invocaba el asesinato de siete personajes públicos. Un funcionario del Ministerio del Interior llamó a Kepel para decirle que su nombre era el primero de esa lista. “La primera fase del yihadismo comenzó en Afganistán, con consecuencias en Argelia, Egipto, Bosnia y Chechenia, pero fue un fracaso, porque no consiguió movilizar a las masas”, dice Kepel a Il Foglio. “Lo dijo el propio Ayman al Zawahiri. Entonces cambiaron su modus operandi, lanzando la yihad leninista que desembocó en el 11 de septiembre. Pero esta segunda fase tampoco funcionó. La tercera fue el Isis y el uso de la juventud musulmana para hacer la yihad en la sociedad europea, con los ataques a Charlie Hebdo y al Bataclan. Y también fracasó, porque los Estados occidentales bombardearon el Califato”. Ahora tenemos una nueva fase: “Por un lado, los empresarios de la ira activos en las redes sociales designan a los objetivos, como Paty, el ‘enemigo de Alá’”.

Estos predicadores no invocan directamente su muerte. “Se propaga de forma viral y encuentran personas que ya tiene ‘comorbilidades’, como con la Covid, que ya han sido radicalizados por amistades o mezquitas, muchas veces por los Hermanos Musulmanes y los salafistas, que ya han cortado con la cultura occidental, que están dispuestos a matar, sin ser parte de una operación, piramidal o reticular”, dice Kepel a Il Foglio.

Ejemplo de esto son los tres últimos ataques en Francia. “Zahir Mahmood intentó matar a dos personas bajo la antigua sede de Charlie Hebdo: era un idiota que no hablaba francés, pero había visto un vídeo de una manifestación en Pakistán contra Charlie Hebdo. Después el checheno que mató a Paty, Anzorov, la ‘variante chechena’ del virus que se educó en Francia, identificó al profesor, pero no estaba afiliado, no era un ‘lobo solitario’ como dicen los idiotas. El tercero es el tunecino Aoussaoui que actuó en Niza. Sabemos muy poco de él, ya estaba un poco radicalizado, fumaba hachís, tal vez conoció a alguien en Bari y en su teléfono móvil tenía una fotografía del checheno que mató a Paty. Es la transmisión viral, pandémica”.

Consiguieron transformar el juicio a los asesinos de Charlie, que se suponía que era el ‘Nuremberg del yihadismo’, en un juicio a los franceses por ‘islamofobia’

El verano pasado fue un momento clave para comprender el nuevo equilibrio islámico. “Mohammed bin Salman ya no está interesado en el islam político, sino en la transformación económica del reino saudí; sucede lo mismo en los Emiratos Árabes Unidos. Abu Dhabi controla 1 billón de dólares en fondos soberanos. Quieren invertirlos en tecnología israelí. El wahabismo es la otra cara de los ingresos del petróleo, que controlaba el orden social adoctrinando a las masas, pero ha destruido su fibra intelectual ”. 

En este clima, el pasado verano Erdogan reislamizó Santa Sofía. “Es el aniversario del Tratado de Lausana después de la victoria de Atatürk en Anatolia. Erdogan quiere destruir el laicismo de Atatürk, que había secularizado Santa Sophia como ‘regalo a la humanidad’. El ‘contrato social’ de Rousseau anotado por Atatürk se encuentra en el museo de Ankara. Erradicar el secularismo es crucial para Erdogan y su nacionalislamismo. Su campaña de odio contra Francia es como la del ayatolá Jomeini contra Rushdie. Erdogan quiere la hegemonía sobre el islam político. Con el ataque a Francia tras las caricaturas de Charlie Hebdo, estos regímenes consiguieron transformar el juicio a los asesinos de Charlie, que se suponía que era el ‘Nuremberg del yihadismo’, en un juicio a los franceses por ‘islamofobia’”. Por tanto, habrá dos polos. “El ‘Triple’ con Turquía, Qatar e Irán. El otro polo es la alianza que une a los estadounidenses, Israel, Egipto, Jordania y Bahrein, o sea, a los saudíes, y a Sudán, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos. La pandemia ha acelerado de forma extraordinaria esta transformación debido a la caída del precio del petróleo”. 

¿Qué se puede hacer entonces por Francia? “No solo debemos atacar las consecuencias, sino también las raíces de este fenómeno, los valores de ruptura de la sociedad. La ley de Macron contra el separatismo presenta muchos problemas, pero es necesaria. La metáfora del virus no es solo un juego intelectual, porque la propagación de la pandemia es también un arma política de China contra Occidente, un arma letal para las sociedades democráticas que, además, fortalece los regímenes. La enorme campaña anti-francesa de Erdogan demuestra que la diana ha sido perfectamente identificada”.

¿Qué arriesga Francia? “La balcanización, un enclave en los barrios populares, donde las mujeres son obligadas por norma social a salir con velo, sin peluquerías mixtas, con niños que no acuden a las escuelas públicas para ir a las de los salafistas. Ya no hay sociedad y esto corresponde al islamo-izquierdismo. El indigenismo es fuerte en las universidades francesas y se ha sumado al americanismo de la descolonización, por lo que los valores de la República ya no son nada, son ‘crímenes coloniales’, ya no hay sociedad europea, solo hay razas y géneros. Y los blancos son todos malos”.


Publicado por Giulio Meotti en Il Foglio.

Traducido por Verbum Caro para La Gaceta de la Iberosfera.

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