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POR DIFERENCIAS 'IRRECONCILIABLES' CON EL GOBIERNO

La activista proaborto Bernarda Ordóñez renuncia a la secretaría de DDHH de Ecuador

Foto: EuropaPress
Bandera de Ecuador. Europa Press

Ecuador parecía ser un oasis en medio de una marea roja. Mientras los países vecinos apostaban por extender el socialismo en la región, Ecuador lo venció en las urnas. No obstante, bajo el lema de “Ecuador del Encuentro”, Guillermo Lasso abrazó a todos los sectores políticos e ideológicos, incluyendo a una feminista proaborto a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos.

A menos de un mes de cumplir su primer año en el Gobierno, renunció a su cargo la secretaria Bernarda Ordóñez. Renuncia por “diferencias irreconciliables con esta nueva visión del Gobierno, de las cuales es difícil compartir”.

Durante su acto final como funcionaria estaba vestida de verde, color adoptado por las feministas de Hispanoamérica para exigir el aborto como parte de la agenda ambientalista. Como “sandías”, verdes por fuera y rojos por dentro, usan al Estado para implementar políticas de control de población y lo hacen como sacrificio “por el bien del planeta”.

Paradójicamente, no tuvo consideración alguna por la tierra ni los ríos al liberar globos plásticos en su acto de despedida.  Soltó globos violetas, color característico de la causa feminista. De manera que, hasta su último día en el gobierno, usó recursos del Estado como propaganda ideológica.

La contradicción constante es instrumental. El camino a la obediencia requiere ausencia de reflexión lógica. Por eso y más, la dialéctica de la contradicción, como lo establece el filósofo alemán Hegel, padrino intelectual del socialismo científico, es parte crucial de la retórica izquierdista. No importa la evidencia, solo el sentimiento subyacente, la causa.

Indigenismo, ambientalismo y globalismo confluyen por medio de la “interseccionalidad”. Tanto así que durante las sesiones del debate en torno a la despenalización del aborto afuera de la Asamblea Nacional, las activistas feministas gritaban: “el aborto es ancestral, la culpa es colonial”; acusando que en la era prehispánica era costumbre que los padres maten a sus hijos, a menudo como ofrenda para apaciguar la ira de la tierra, mientras que con la llegada de la fe en un Dios que sacrificó a su único hijo por la humanidad, esto se terminó.

El discurso antinatalista es funcional al aparato socialista en cuanto mantiene al ser humano en un eterno presente, sin raíces y sin futuro, renegando de sus padres (en especial la Madre Patria) y matando a sus hijos, por medio del aborto.

Con este fin, la estética de Ordóñez formó parte de su activismo. Asumió el cargo como secretaria con tres prendedores en forma de mariposa como homenaje a las hermanas Mirabal de República Dominicana. Perdieron su vida durante la dictadura de Trujillo por su rol como militantes comunistas. Junto a sus esposos, fueron entrenadas en Cuba con Fidel Castro. No obstante, al ser mujeres, la causa feminista las adoptó como íconos. El día en que se conmemora su defunción es ahora la fecha de la supuesta lucha contra la violencia hacia la mujer, como si esa fuese la causa de su muerte: 25 de noviembre.

Fue en esa fecha que se desató una tormenta. La Primera Dama, María de Lourdes Alcívar de Lasso, madre de cinco hijos, habló de la mujer como poderosa, no empoderada como el relato feminista. Destacó la importancia de combatir la violencia de raíz y no esperar a que llegue a un punto límite.

Contrastó el discurso victimista y fue duramente cuestionada por ello, como si fuese insensible. Lo cierto es que demostró cómo la “sororidad” del feminismo no aplica cuando la mujer es provida, cuando no propone el rencor al hombre como lucha ni victimiza a la mujer, sino que la invita a abrazar el poder de dar vida.

La ahora exsecretaria de Derechos Humanos se notaba visiblemente incómoda por el discurso de la Primera Dama. Lo que más le incomodó fue el accionar del presidente Lasso durante las manifestaciones feministas del 8 de marzo que desencadenaron en una ola de vandalismo y choques con las fuerzas del orden.

Al momento, había una mujer al mando de la policía y otra mujer ocupaba el cargo más alto de protección civil, Ministerio de Gobierno, que a su vez está a cargo de la policía. Sin embargo, ninguna de las dos tuvo el respaldo del feminismo.

Por el contrario, hubo fuertes choques con la policía. El presidente Lasso afirmó su apoyo a la policía por su accionar ante la violencia de las activistas que destruyeron el casco histórico de la capital.

Ordóñez no respaldó al mandatario. Se solidarizó con sus aliadas ideológicas y le pidió explicaciones e investigaciones a la Policía Nacional.

«Mi rechazo a los hechos suscitados en el marco del Día Internacional de la Mujer», espetó Ordóñez.

Las mujeres policía han sido abandonadas por el movimiento feminista, pues el movimiento feminista ha demostrado ser funcional a la corriente garantista de la justicia que aplica la dialéctica del oprimido y opresor al policía y al preso, respectivamente, de manera que el delincuente es tratado como víctima de la sociedad, en lugar de un malhechor.

Tal es así que en julio del 2021, cuando una mujer policía fue violada por un reo durante un motín carcelario, fue un duro golpe para las referentes feministas que meses atrás cuestionaron al presidente Lasso por respaldar a la policía por detener la barbarie en las cárceles, donde hasta han mutilado y apilado cuerpos humanos cercenados. “La policía no es vulnerable”, acusó la abogada feminista “Lolo” Miño al rechazar el respaldo de Lasso a la policía. Meses después, sus declaraciones le jugaron en contra.

Las referentes feministas del Ecuador han demostrado no luchar por la igualdad, mucho menos contra la violencia hacia toda mujer. Han creado una jerarquía. “La causa que ha perseguido mi vida siempre ha sido y será erradicar todo tipo de violencia hacia niña y mujeres”, alegó la ahora exsecretaria Ordóñez. Pero esa causa no protege a las niñas y mujeres en el vientre.

Aunque la vida es el primer derecho humano, una promotora del aborto estuvo a cargo de la secretaría que más lo debería defender. En el caso de Ecuador es aún más grave que en otros países, puesto que el derecho a la vida está consagrado en la Constitución desde la concepción (artículo 45).

Asimismo, el Código de la Niñez y Adolescencia, en el artículo dos, establece:

Sujetos protegidos.- Las normas del presente Código son aplicables a todo ser humano,

desde su concepción hasta que cumpla dieciocho años de edad. Por excepción, protege a personas

que han cumplido dicha edad, en los casos expresamente contemplados en este Código.

De manera explícita, el Estado ecuatoriano protege a los menores de edad desde su concepción, por lo cual pregonar el aborto es atentar contra el cuerpo normativo de la Nación.

Por último, bajo la gestión de Ordóñez se creó la Subsecretaria de Diversidades. En lugar de tratar a las personas LGBT como un ciudadano promedio, que gana su puesto por mérito y esfuerzo, se profundizaron las diferencias, la cultura de las cuotas y asignaciones y, sobre todo, se ideologizó la gestión con recursos de los contribuyentes.

Todavía no se conoce quién podría ser la siguiente persona a cargo de la Secretaría de DDHH. Se espera que sea alguien menos ideologizada y que defienda los derechos de todos los ecuatorianos, sin distinción de edad, sexo o sexualidad, contrario a la anterior.

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