āEstĆ”n hasta en los hotelesā.
Con esa frase nuestra compaƱera nicaragüense Judith Flores logra alterar la frĆ”gil paz que intentaba albergar en mi mente durante estos dĆas en Nicaragua. Se refiere, por supuesto, a los sandinistas, cuya presencia estĆ” infiltrada en todos los sectores de la sociedad. Los āsaposā son una especie daƱina. Son los que te sonrĆen, escuchan y asienten ante tus palabras, pero esperan el momento de tu descuido para delatarte por āconspirar contra la revoluciónā. Escuela cubana.
Por este motivo la entrevista al lĆder del Partido Conservador, Alfredo CĆ©sar, resulta problemĆ”tica para mi discreta logĆstica. Me pide que nos encontremos en el Hotel Intercontinental, en una zona de Managua llamada Metrocentro.
Llegar al lugar de forma discreta resulta difĆcil, pues llevo conmigo un trĆpode que he conseguido aquĆ y su respectiva lĆ”mpara. Sacarlo en la recepción de un hotel no suena muy inteligente, especialmente cuando este tipo de lugares son usados por los magnates de un lado y del otro.
Nada mĆ”s llegar al hotel me percato de la presencia de policĆas en la entrada. Evidentemente, me verĆ”n ingresar y aguardarĆ”n a mi salida. Nuevamente, vigilado.
Entro al sitio en espera de mi entrevistado. Debo esperarlo quince minutos. La recepción es amplia, pero estĆ” vacĆa. AsĆ tambiĆ©n el sector de la piscina. El turismo en Nicaragua ha bajado considerablemente tras el caos de la pandemia y el temor de los visitantes a quedar inmersos en una situación polĆtica y social tensa. En Costa Rica ya se habĆa convertido en una moda visitar las playas de San Juan del Sur, pero el covid acabó con eso.
Afortunadamente al momento de la llegada de don Alfredo CĆ©sar no hay nadie alrededor. Salimos al Ć”rea de la piscina y ahĆ mismo instalo el poco āpero eficazā equipo con el que cuento para grabar la entrevista.
El seƱor CĆ©sar nos habla de la persecución vigente en el paĆs, y asegura que los ciudadanos no se manifiestan contra el rĆ©gimen justamente por temor a la ola represiva desatada.
āEsta ola no tiene ningĆŗn precedente. Yo tengo rato de estar en estas lides y nunca habĆa visto semejante deterioro de la vida institucional del paĆs y del respeto mĆnimo a las personas en Nicaraguaā, comenta.
A su parecer, en estas circunstancias no hay forma de que las elecciones de noviembre produzcan un gobierno legĆtimo ante los nicaragüenses y la comunidad internacional.
Ćl dice tener cierta esperanza de que Ortega recapacite y permita garantĆas para los comicios, pero de no ocurrir afirma que el Partido Conservador āya inhabilitadoā āpredicarĆ” con el ejemploā y se abstendrĆ” de votar en las elecciones. Su postura es contraria a la de Ciudadanos por la Libertad, el Ćŗnico partido opositor habilitado para contender, que llama a la participación masiva.
Pese a esto, si las condiciones fuesen modificadas por el rĆ©gimen para permitir elecciones libres, el Partido Conservador podrĆa considerar acudir a la contienda en una alianza de facto con otras agrupaciones polĆticas. Ello se ve poco probable.
Esta histórica agrupación polĆtica, que tiene mĆ”s de 170 aƱos de historia, fue inhibida de participar en las elecciones por parte del rĆ©gimen por externar su intención de no acudir a lo que parece destinado a ser un fraude. Ortega les cobró su osadĆa revocando su personerĆa jurĆdica.
Este episodio ocurrió el 12 de mayo, cuando no habĆa precandidatos ni dirigentes opositores presos producto de la reciente arremetida del sandinismo.
Puedes ver la entrevista completa al lĆder del perseguido Partido Conservador en Gaceta TV.