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SACARÍA CASI OCHO PUNTOS A FICO EN LA SEGUNDA VUELTA

Los escándalos no afectan a la candidatura de Petro en Colombia, según el último sondeo

Garriga Aragonès religión verde
Ignacio Garriga. Europa Press.

La última encuesta de intención de voto del Centro Nacional de Consultoría para la Revista Semana muestra que entre marzo y abril Gustavo Petro, candidato presidencial del Pacto Histórico, pasó del 32,1% a 38% de apoyos; mientras que Federico “Fico” Gutiérrez, candidato presidencial del Equipo por Colombia, pasó del 23,2% a 23,8%.

Petro ganaría a Fico en segunda vuelta por una diferencia de 7,9 puntos porcentuales (44,8 por ciento frente a 36,9). Un 18,3% dice que no votaría por ninguno, en blanco, o no sabe y no responde.

Es decir, la única candidatura que en los últimos dos meses parece haber logrado un avance es la de Petro. De hecho, la plataforma PredictIT, que hace apenas una semana mostraba una tendencia ascendente para Gutiérrez, parece mostrar ahora lo contrario. Las apuestas vuelven a favorecer al candidato de izquierda, a pesar de los últimos escándalos en los que se ha visto envuelta su campaña.  

Consultados sobre este tema, dirigentes que acompañan a Fico Gutiérrez y que han pedido resguardar su identidad expresan que su campaña está fuertemente apalancada en el departamento de Antioquia y es liderada hoy por personas sin suficiente experiencia en campañas electorales nacionales. La llegada del exministro Luis Felipe Henao a la jefatura de debate la ven como una forma de acercar al partido Cambio Radical y evitar que sectores importantes que acompañaron el Gobierno de Juan Manuel Santos opten por respaldar a Gustavo Petro. Sin embargo, la poca representación en los cuadros de la campaña de facciones electoralmente sólidas del Centro Democrático y del Partido Conservador genera suspicacia y, en algunos, abierta desconfianza.

De hecho, en febrero la reelecta senadora María Fernanda Cabal expresó que el actual Gobierno intervino en la consulta del Centro Democrático para elegir candidato presidencial y que el temor que le daba “con Fico es que sea un Duque 2.0”. Para Cabal, es evidente que el candidato del presidente es Gutiérrez y que lo respaldó con toda su maquinaria en la consulta interpartidista del pasado 13 de marzo. Aún así, ha insistido una y otra vez que toca hacer todo lo que se pueda para evitar la llegada de la izquierda al poder y de hecho su movimiento político, probablemente el más disciplinado hoy de la derecha colombiana, acompaña la candidatura del Equipo por Colombia.

La estrategia del Pacto Histórico es cada día más clara: promover ante la opinión pública, donde el actual jefe del Estado tiene los peores índices de favorabilidad en la historia reciente, que la elección presidencial es de nuevo entre Duque y Petro, tal como fue en 2018. En la Casa de Nariño parecen haber caído en esa trampa y salen a responder a Petro cada vez que lanza propuestas estrambóticas.

Faltando tres meses para terminar el Gobierno han iniciado, para rematar, la comunicación de los logros obtenidos en este cuatrienio, algo que en la actual coyuntura está siendo punto de partida para la campaña de Petro, a la que le queda fácil compartir las graves consecuencias de la pandemia, como el 43% de pobreza, y hacerlo pasar como resultados de la gestión gubernamental. El elector se informa poco en Colombia y en el mundo, y esos puntillazos son fáciles de apropiar.  

Ahora bien, los expresidentes Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, con quienes Gutiérrez ya se ha reunido y lo respaldan abiertamente, hoy no movilizan al electorado como en otras elecciones y pareciera que han logrado lo contrario: ayudar al Pacto Histórico en su discurso en contra del establishment. Por alguna extraña razón, acuerdos por debajo de la mesa con criminales en las cárceles, una senadora electa a la que le piden marginarse de la campaña por sus líos judiciales, la inclusión de senadores con quienes otrora se enfrentaban en el Congreso y acusaban de uribistas, entre otras tantas cosas, parecen no estar haciendo mella suficiente en el electorado que se inclina por Petro.

Al candidato (Gutiérrez) le falta fuerza y ese discurso de ser el único que puede derrotar a Petro ya no es suficiente”, expresó un dirigente conservador, mientras que otro contertulio exponía que, sin duda, la mejor propuesta era la de Enrique Gómez Martínez, candidato del Movimiento de Salvación Nacional, que aún no marca suficiente en las encuestas. Si las tesis y la claridad de Gómez acompañaran a Gutiérrez, otro sería el resultado, pues la agenda hoy la impone Petro por acción o por omisión.

La defensa de las instituciones políticas, de las empresas, de la libertad; la lucha contra la corrupción y contra el clientelismo son banderas que siguen moviendo a los electores en una campaña presidencial, pero el afán de defender al actual Gobierno impide que se consolide suficiente respaldo a Gutiérrez como el gran abanderado de ello.

La historia seguramente reconocerá los importantes logros de Iván Duque como Presidente, pero hoy, de acuerdo con las últimas encuestas, su rol protagónico como muro de contención contra la llegada del socialismo se desgastó. Lo mejor es que baje la intensidad de sus críticas a Petro y acepte que Gutiérrez asuma con toda firmeza y que incluso, por el bien de todos, lo critique.

De esa manera, marcando distancia en temas puntuales con el actual Gobierno y acercándose a lo que la gente está pensando, con tesis mucho más aterrizadas y más datos, es aún factible evitar que Colombia tome el rumbo de Argentina, Chile y Nicaragua. De lo contrario, Equipo por Colombia tiene que prepararse desde ya para asumir la oposición.

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