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EL EXDIPLOMÁTICO ROGER GUEVARA MENA ANALIZA LA SITUACIÓN

‘Ortega pretende llevar al límite el acoso contra Cristiana Chamorro como estrategia para negociar’

La aspirante presidencial nicaragüense, Cristiana Chamorro - Facebook

El abogado y catedrático nicaragüense Roger Guevara Mena no cree que el régimen de Daniel Ortega termine inhibiendo la candidatura presidencial de Cristiana Chamorro, quien ha sido acusada de presunto lavado de dinero. A su juicio, se trata de una estrategia para crear una nueva crisis política para “negociar” y elevarle el perfil a Chamorro.

“No creo que la inhabiliten debido a la presión internacional y porque sería contrario a los planes del sandinismo, con quien Chamorro ha mantenido acuerdos en el pasado”, dijo el exdiplomático Guevara Mena.

La comunidad internacional está demandando elecciones libres, justas y transparentes debido que desde el 2008 existen denuncias documentadas contra Ortega por fraude electoral. En ese sentido, hay advertencias de Estados Unidos de nuevas sanciones al régimen en caso que los comicios no se realicen de forma transparente.

De ocurrir ese escenario, un nuevo mandato de Ortega sería desconocido por la comunidad internacional, situación que podría ser catastrófica para el segundo país más pobre de la región.

Nicaragua depende de la ayuda crediticia de los organismos financieros internacionales. Por ello, Guevara Mena cree que el régimen de Ortega podría estar contemplando la entrega del gobierno sin ceder el poder  –como ya ocurrió en 1990, tras perder las elecciones el Frente Sandinista frente a Violeta Barrios de Chamorro–.

Cristiana Chamorro fungió como asesora del gobierno de su progenitora, mientras que su difunto esposo, Antonio Lacayo, fue el ministro de la presidencia.

Lacayo respaldó la candidatura presidencial de Ortega en el 2001, pues él iba a ser el canciller en caso que el sandinismo retornase al poder. La aspiración también fue respaldada por los antiguos compañeros de armas de Ortega, el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) –hoy llamado Unamos– de quien se habían separado en 1995.

El gobierno de Violeta Barrios le dio concesiones al Frente Sandinista al aprobar una amnistía con la que quedaron impunes los crímenes cometidos durante la primera dictadura y legalizó el robo de propiedades, bienes y mansiones estatales –en lo que se conoce como “La Piñata”–.

“El Gobierno de doña Violeta decidió conceder una amnistía amplia e incondicional para todos los delitos políticos y comunes conexos cometidos hasta la fecha de la publicación de la Ley, pero no precisaba desde cuándo se comenzaba a contar el tiempo de comisión de los delitos, con lo que salvaba a cuantos tuvieran cuentas pendientes en lo descrito en esta Ley”, revela el documento de la biblioteca del expresidente Enrique Bolaños [2002-2007].

Barrios de Chamorro derogó la ley de amnistía que se aprobó el sandinismo durante el periodo de transición de gobierno entre marzo y abril de 1990, pero aprobó una nueva ley de “perdón” en nombre de la “paz y la democracia” tras asumir el gobierno.

“Es decir que con una mano borró y con la otra escribió lo mismo, pero más generoso. En su ley, doña Violeta quitó al doctor Sergio Ramírez [vicepresidente de Nicaragua] la paternidad de la ley del perdón y olvido de todos los delitos penales del sandinismo, para ponerse ella”, explica el análisis del exmandatario que se ha dedicado a documentar la historia de Nicaragua desde que abandonó la presidencia.

¿Subirle el perfil?

La tesis de Guevara Mena sobre la estrategia del sandinismo oficialista se basa en el hecho que antes de enero, cuando apareció anunciando su interés de ser precandidata, el perfil de Chamorro era muy bajo. “No tiene un plan de gobierno, no tiene liderazgo, tampoco tiene una casilla con la cual postularse”, dice el experto.

“Este llamamiento a Cristiana Chamorro tiene la intención de subirle el perfil para crear una expectativa nacional e internacional de que la van a procesar. Las críticas hacia ella [de la población] han sido fortísimas a pesar de que tiene todo un aparato de medios de su lado. Ahora el aparato del gobierno se ha sumado para victimizarla. Creo que la idea es llevar la situación al borde. Van a suspender el procesamiento a solicitud de la comunidad internacional o por magia para crear expectativa y clamor nacional”, opina Guevara.

Tras anunciar su precandidatura presidencial, Chamorro reivindicó haber sido del gobierno de su madre, y consideró “que pudimos reconstruir a Nicaragua pudimos darle al adversario una salida digna como lo volveríamos hacer en este momento«.

Tras las reacciones de rechazo en las redes sociales, Chamorro salió al paso a explicar que “dignidad no significa impunidad, nosotros no podemos actuar como Ortega porque si lo hacemos nos convertimos en él. Estoy segura que lograremos la unidad y la victoria en favor de la verdad y la justicia”, escribió en su cuenta en Twitter.

Chamorro también dijo que estaba lista para hacer “concesiones”. “Cristiana junto a su marido manejó con el Frente Sandinista el país. Ella ha dicho claramente que el sandinismo tiene que salir con dignidad, lo que la hace una candidata con la que el sandinismo se puede entender”, aseveró el catedrático.

Se observa una mayor simpatía hacia Chamorro

“Como todavía no se ha definido y todos son precandidatos, el partido Ciudadanos por la Libertad [Alianza Ciudadana por la Libertad], adoptaría oficialmente a causa del “clamor nacional” la candidatura de Cristiana Chamorro”, puntualizó.

Algunos analistas sostienen que Ortega ha incrementado la represión contra la oposición con el interés de propiciar una negociación que le dé ventajas. Una estrategia que ha empleado en otras ocasiones, como ocurrió durante el estallido social de abril 2018, cuando solicitó el “diálogo” para ganar tiempo y desmovilizar las protestas a sangre y fuego que dejaron un saldo de más de 300 muertos con impactos de balas en órganos vitales, más de 2 mil heridos, centenares de presos políticos y más de 80 mil exiliados.

De propiciarse el escenario de entregar el gobierno, pero no el poder a Chamorro, Guevara Mena, dijo que Ortega se quedaría con la Asamblea Nacional “en control de todos los hilos del estado”.

Chamorro pondría como jefe a su cuñado Edmundo Jarquín, en la posición que tuvo Antonio Lacayo. “Volveríamos a un escenario como el de los 90, esta vez a un orteguismo sin Ortega, con Estados Unidos y Europa felices porque Nicaragua ya habría encontrado la vía democrática y las cosas quedan tal cual”.

El sandinismo disidente también apoya la candidatura de Chamorro. Fuentes en la oposición sostiene que su jefe de campaña sería su cuñado Edmundo Jarquín, que fue funcionarios del sandinismo en la década de los 80, y actualmente es miembro del MRS o Unamos.

Para Guevara Mena el sandinismo nunca se ha divido. “Hay un juego que es viejo y sus estrategias son las mismas”.

“Él [Ortega] va a dejar el gobierno, no el poder, el gobierno se lo dejaría a un presidente ceremonial, pero él lo manejaría desde la Asamblea Nacional, que son dos cosas diferentes”, apuntó.

“No es la primera vez, es una historia repetida continuamente, el MRS va y viene con ellos. El cambio anunciado es una mentira, Nicaragua es un pueblo acorralado, intimidado, que vive en constante estado de sitio, que no puede votar libremente”, sentenció Guevara Mena.

El experto cree que a través del cuñado de Cristiana el MRS se va a volver a conciliar con el sandinismo de Ortega que está en la Asamblea y ocuparían todos los espacios.

El régimen de Ortega citó a nuevos posibles implicados en la acusación de presunto lavado de dinero. Citó al propietario de Radio Corporación, Fabio Gadea, aliado del MRS; y a Verónica Chávez, exdirectora de 100% Noticias.

Chamorro denunció en las redes sociales que el régimen congeló sus cuentas bancarias y ha levantado el sigilo bancario.

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