De los dos temas del verano, hoy se da un relativo descanso al asunto catalán. El País abre con Venezuela, primer titular y foto: ‘El caos se apodera de Venezuela en medio de rumores de golpe’. En la imagen, un grupo de venezolanos corre en desorden, supuestamente en apoyo de una brigada militar sublevada en Valencia.
Uno lee mucho estos días de la urgente necesidad de que la (inexistente) Comunidad Internacional aplique sanciones al régimen, cuando no que intervenga directamente. Por lo visto, nunca aprendemos.
Qué miedo me dan las soluciones fáciles. La impaciencia y la desesperación nos empujan a ellas, pero su historial no es demasiado brillante. Para un régimen que se ha consolidado en parte sobre el mito de la lucha contra el imperialismo, las sanciones son una bendición, porque le proporcionan la coartada ideal para todo lo que no funcione. Cuba. Irak. Irán. Rusia. ¿Qué tal han funcionado las sanciones con esos regímenes?
En cuanto a la intervención directa, es el toro en la cacharrería. También lo hemos vivido muy recientemente. Una montaña de muertos.
Lo peor es que hemos llegado a tal punto de simplificación ideológica, de banderías extremas, que apuntar a una realidad tan obvia y fácil de contrastar se interpreta como un apoyo al régimen. Es de locos.
Tampoco me parece ocioso recordar que los venezolanos eligieron este horror que viven. Sí, las últimas elecciones en las que ganó Maduro pudieron estar amañadas. Pero no es realista dudar del respaldo popular de Chávez, cuyo ‘ideario’, por llamarlo de algún modo, es el que ha llevado a Venezuela a la miseria.
Y ahora leo que Podemos sube en intención de votos, como si la actualidad quisiera recordarnos que nadie escarmienta en cabeza ajena, y que la prosperidad, la paz y la libertad continuada durante décadas atonta a las generaciones que no han vivido otra cosa.
«Pablo Iglesias me ha pedido que dimita pero no lo voy a hacer». Son palabras del secretario general de Podem, Albano Dante Fachín, que sirven a El País de titular. Nuestra fortuna es que los bolivarianos patrios son el Ejército de Pancho Villa, donde todos son generales y cada uno hace la guerra por su cuenta.
ABC opta por lo catalán en su portada monotemática, hoy de vuelta a la Escuela Simbolista: la estatua de Colón bajo el punto de mira de una mirilla virtual: ‘Los «cachorros» de la CUP reaccionarán con violencia si no hay referéndum ilegal’. Estoy por asegurar que los cupaires también reaccionarán con violencia si lo hay y pierden, si lo hay, ganan y no se proclama ya la independencia, e incluso si lo hay y Cataluña se independiza pero se resiste en convertirse en una república popular.
El Mundo saca en imagen a la Familia Real paseando por las calles de Palma, una foto extrañamente plácida que contrasta con todo lo que se vive este verano. De primer tema, ‘Podemos gana casi 12 millones y es ya el partido más rentable’. Bueno, qué querían, es el partido parlamentario con mayor proporción de votantes de clase media-alta.
En cuanto a Venezuela, para El Mundo el caos es más relativo: ‘Maduro sofoca la primera sublevación militar tras la Constituyente’. La primera, como queriendo decir que se esperan más.
En La Razón, ‘El Rey despeja su agenda exterior la semana del 1-O’. No sé si comentarlo…. No, mejor no.
