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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Antes de Santa Sofía, cuarenta años de pasividad europea. Así se ha sometido Europa al islam

La Basílica de Santa Sofía

«Mientras Occidente pide perdón por su pasado, el islam político se apodera de Santa Sofía». Habla Bat Ye’or, historiadora de origen judío.

«Es un hecho trágico, que pone en evidencia la apropiación e islamización, mediante la conquista, de un prestigioso patrimonio cristiano». Así define a Il Foglio Bat Ye’or, la estudiosa de la «dhimmitude» [neologismo de esta historiadora que combina el árabe y el francés, formado desde el término dhimmi, para indicar el estado permanente de sometimiento de los judíos y los cristianos al islam desde el siglo VIII, lo que les obliga a aceptar ser discriminados o a «enfrentarse a la islamización forzada, la esclavitud o la muerte»] y de la cristiandad oriental, la vuelta de la basílica de Santa Sofía, en Estambul, al islam. Durante 916 años fue la iglesia más grande del mundo y el hogar de la cristiandad ortodoxa oriental, durante quinientos fue mezquita y, en los últimos noventa, museo. Según ha dicho al Wall Street Journal Michael Talbot, profesor de Historia en la Universidad de Greenwich, el trauma es de tal índole que es «como si San Pedro se hubiera transformado en mezquita».

«Después de la Primera Guerra Mundial y la campaña emprendida por Atatürk para modernizar y secularizar el país, esta magnífica catedral se convirtió en museo», prosigue Bat Ye’or. «En un momento en el que Europa no deja de rumiar acerca de sus conquistas coloniales, no hay nadie que pida perdón por las guerra yihadistas genocidas, la islamización de las iglesias, la esclavitud de los niños cristianos por parte de los otomanos, el genocidio de los armenios, los griegos y los asirios, antes y después de la Primera Guerra Mundial. La decisión sobre Santa Sofía es una demostración más de legitimidad y fuerza yihadista, que choca con la actitud pasiva de Europa de los últimos 40 años. Parece una advertencia».

Primero fueron las iglesias de Chipre, ocupadas por los turcos y destruidas; después, la guerra de baja intensidad contra lo que queda de las iglesias en Turquía y, ahora, Santa Sofía. «Erdogan ha adoptado una política muy severa respecto a los herederos del Imperio bizantino. Esta enésima acción demuestra, por un lado, su desprecio por el cristianismo oriental y, por el otro, una vuelta a la política y al gobierno islámicos tradicionales con respecto al pueblo cristiano».

Esta historiadora de origen judío, nacida en Egipto con el nombre de Gisèle Orebi y que desde hace años vive en Suiza, no se sorprende ante la pasividad occidental. «Los occidentales seguirán hundiéndose en la rutina que ellos mismos excavaron con sus mentiras. En noviembre de 1973 tomaron la decisión política de aliarse con la Liga árabe y el mundo islámico contra Israel, abandonando así a los cristianos de Oriente. Este es el precio de aquella alianza. La reislamización de Santa Sofía en el siglo XXI confirma la vuelta al yihadismo de los primeros tiempos de la conquista mediante la reactivación y la implementación ideológica de sus conceptos, que convierten en esencial la naturaleza malvada de ‘Dar al harb‘, el mundo del descreimiento. Existe, sin embargo, un precedente de esta reconquista yihadista, relacionado con el legado histórico de otro pueblo no musulmán».

Bat Ye’or se refiere a las mociones presentadas por la Unesco en relación al Monte del Templo/Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, que obvió el vínculo con el judaísmo. «Estamos hablando de la islamización de los lugares santos del pueblo de Israel en Hebrón, Jerusalén, Judea y Samaria. Si Occidente comparte la concepción islámica sobre el estatus de los judíos, el de la «dhimmitude«, ¿por qué no debería ser su historia también eliminada de sus territorios, sus lugares santos, sus monumentos conmemorativos? ¿Por qué no debería sufrir la misma suerte?».

¿Qué pasará con los numerosos mosaicos cristianos que hay en el interior de la Basílica de Santa Sofía, después de la decisión del gobierno turco de convertirla en una mezquita y abrirla al culto islámico el próximo 24 de julio? Se habla de cortinas y pantallas para cubrir las pinturas, iconos y símbolos cristianos durante las oraciones musulmanas, como el mosaico del ábside representando a la Virgen María y que está situado en la cúpula detrás del altar, o el Pantocrátor situado por encima de la Puerta Imperial y que muestra a Jesús bendiciendo con la mano derecha y sosteniendo, en la izquierda, las Escrituras. No hay motivo para el escándalo o el asombro. A fin de cuentas, también nosotros lo hicimos, en Roma, cuando cubrimos, con paneles, los desnudos de los Museos Capitolinos durante la visita del presidente iraní Rohani. Es la «dhimittude» occidental.

 

Publicado por Giulio Meotti en Il Foglio.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.

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