La izquierda madrileña ha enloquecido con la mascletá de José Luis Martínez-Almeida. Desde que el alcalde de la capital anunciara su polémica idea, en una suerte de hermanamiento con la ciudad de Valencia, ahora gobernada por el PP, el PSOE y Más Madrid han censurado la celebración del evento. No ha sido, sin embargo, el dinero público gastado el argumento de la oposición. No los 48.000 euros gastados por Almeida en cortejar a sus compañeros valencianos. Toda la negativa de la bancada de la izquierda se resume en el respeto a los animales.
Convencidos de la importancia de los derechos de la fauna madrileña, Manuela Bergerot, portavoz de Más Madrid en la Asamblea, ha denunciado que la mascletá de Almeida «ha matado animales». Tal y como denunció el partido y sus principales líderes en redes sociales, «el resultado de la mascletá de Almeida ha sido un pinchazo estrepitoso que ha costado 48.000 euros y que ha matado animales en un espacio renaturalizado». Una referencia a Madrid Río, enclave de la celebración pirotécnica.
Según ha denunciado la izquierda, el espectáculo de pólvora ha causado la muerte de un pato, que ha aparecido sospechosamente en una orilla del río Manzanares. Algunos apuntan a que es un ánade real hembra, de los que anidan en el entorno natural de Madrid Río, y que su causa de muerte es el espectáculo municipal. La mascletá de Almeida parece haber acabado con la vida de una pata, y la izquierda feminista y animalista se ha lanzado contra el alcalde. De nuevo, no por gastar el dinero de los madrileños en la puesta de largo de Mazón, sino por una pata.
A la denuncia de Bergerot se ha sumado Reyes Maroto, exministra y portavoz de los socialistas en el Ayuntamiento de Madrid. Rechazando su participación en la mascletá de Madrid al considerarla de evento «partidista», la socialista explicó que «la mayoría absoluta que conseguiste en las pasadas elecciones no te da impunidad para hacer lo que quieras». Así lo zanjó en una carta enviada al edil madrileño, que ahora parece haber empleado su mayoría absoluta para matar una pata del Manzanares.
La fiesta del animalismo también ha tenido dos invitados de postín: el partido Pacma y Rita Maestre, portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento. «La mascletá ha tenido las previsibles consecuencias negativas para los animales. Un vecino manda las fotos de este animal muerto en la zona. Seguramente habrá más. Almeida, es vergonzoso», ha escrito el parido animalista en Twitter. A lo que Maestre ha añadido: «Yo no tengo la culpa de que el Gobierno no haga sus deberes y de que haya tenido una pésima idea como es quemar 300 kilos de pólvora en un entorno medioambientalmente protegido».
El delirio de la izquierda madrileña, sin embargo, ha quedado desmontado por la verdad. Dato mata relato. Tal y como ha adelantado Telemadrid, uno de los ciudadanos que se acercaron a Madrid Río para contemplar la mascletá grabó, antes de que comenzara el espectáculo pirotécnico, a la famosa pata muerta. Pese a las mentiras de la izquierda, el ánade real hembra ya estaba muerta en uno de los jardines del Manzanares antes de la pirotecnia.
Al ridículo del nuevo bulo de la oposición, sin embargo, se ha sumado la preocupación por su incoherencia. Al tiempo que la bancada de la izquierda madrileña ha salido a defender la vida de la pata y los derechos de los animales de Madrid Río, cientos de usuarios han denunciado en redes sociales la doble vara de medir: lloran por los animales, aplauden el aborto de miles de niños en el vientre de sus madres. Un aplauso en el que coinciden con el alcalde y su partido, siempre en el limbo del apoyo al aborto.
No en vano, Manuela Bergerot ha sido una de las más vehementes en su defensa del aborto: «Salimos juntas a poner el cuerpo y a gritar bien alto: aborto libre, seguro y gratuito», ha defendido habitualmente en sus redes sociales. «Aborto legal es justicia social», llegó a decir. También Rita Maestre, preocupadísima por los derechos animales, se ha manifestado repetidamente en contra de los derechos humanos: «El aborto es un derecho para que ninguna niña con 12 años o mujer se vea forzada a ser madre». Maestre, algún tiempo después de asaltar la capilla de la Complutense, llegó incluso a decir: «Defender el aborto en la sanidad pública es defender la vida».
Una defensa de la vida de la izquierda madrileña que, sin embargo, ha llegado con la muerte de una pata. Con tal de hacer oposición a la mascletá del Ayuntamiento de Madrid, que muchos han tachado como frikada del alcalde, los principales líderes de la bancada de la izquierda han ignorado los cien mil abortos que se practican cada año en España para denunciar la muerte de un ánade, que ya estaba muerta antes de la pirotecnia. El nuevo bulo del pato ha intentado tapar los miles de abortos en Madrid, y eso sí que no es un bulo.
