La mayoría de los grupos parlamentarios han acusado este martes a Ciudadanos de usar el terrorismo para ganar votos y de aprovecharse de las circunstancias políticas que vive Cataluña, en un debate en el Congreso donde le han recordado que «en política no todo vale».
Son algunos reproches que la bancada del partido naranja ha tenido que escuchar de boca de los diferentes portavoces que han ido pasando por la tribuna del Congreso para exponer los motivos por los que no aceptaban la propuesta de Ciudadanos de crear en la Cámara una comisión de investigación de los atentados de Cataluña.
Y aunque el defensor de la iniciativa, el diputado Juan Carlos Girauta, se ha empleado a fondo en justificar su propuesta, no ha conseguido que se la «compraran», pese a que pretendían, según ha dicho, aclarar los fallos y errores de coordinación que se produjeron esos días de agosto pasado y aprender de ellos.
Por qué no se atendió a la juez instructora cuando dijo que la explosión de Alcanar (Tarragona) podía estar relacionada con terrorismo y se le contestó con un «no exagere señoría»; o por qué no hubo coordinación ante el aviso de la CIA de un posible atentado en Las Ramblas (Barcelona) son algunos de los interrogantes que Ciudadanos quería que despejara la comisión.
Girauta ha recordado a los diputados que otros países como Estados Unidos o Francia e, incluso España, llevaron a cabo comisiones parlamentarias de este tipo.
Sus argumentos no han convencido y a Ciudadanos le han llovido las críticas sobre el uso partidista que, según los otros portavoces, ha hecho del asunto.
«Un monumento al oportunismo político», ha calificado el diputado del PP Jose Alberto Martín-Toledano la iniciativa, no sin antes afirmar que Ciudadanos sólo busca el voto, de «estar en el aprovechamiento político del atentado y estirar el aprovechamiento de las circunstancias políticas de Cataluña».
El PSOE sólo veía en la propuesta un «claro interés electoral y partidista», como ha dicho su parlamentario Felipe Jesús Sicilia, quien ha acusado a los proponentes de buscar con el terrorismo la «confrontación política».
«Si quieren conseguir votos de la derecha, busquen otro tema; con el terrorismo, no. Ustedes no quieren la comisión para ver los fallos, sino que lo único que quieren es saber cuántos puntos más le dan en las encuestas este tipo de confrontación», les ha espetado Sicilia.
Mientras, la diputada de Podemos Lucía Martín González, que ha anunciado la abstención de su grupo, ha visto la iniciativa «sobrada de demagogia» y ha dejado claro que no quería participar «en el circo que quiere montar» Ciudadanos.
Desde ERC, Gabriel Rufián se ha centrado en el imán de Ripoll, el cerebro de los atentados, y en su colaboración con el CNI. «Cuando les interese (aclarar) todo eso, nos pueden llamar; mientras, vayan a sus platós de televisión a contar mentiras».
Y por el PDeCAT, el diputado Feliu-Joan Guillaumes ha resaltado que precisamente quien consiguió desarticular la célula que atentó, el exconsejero de Interior Joaquim Forn, está en la cárcel «por motivos políticos».
Independientemente de las acusaciones de partidismo, algunos portavoces, como el del PNV, Mikel Legarda, han explicado que, aun admitiendo que pudo haber errores de coordinación, el ámbito para depurarlos o investigarlos es el judicial o los foros ya establecidos, como la Secretaría de Estado de Seguridad o la Junta de Seguridad Estado-Cataluña.
Otros portavoces, como los de PP y Podemos, han remitido a Ciudadanos al Pacto antiyihadista, donde Interior informa a los partidos de los extremos de la lucha antiterrorista y donde los grupos pueden plantear sus propuestas.
De todos modos, como han avisado algunos diputados, la investigación está bajo secreto de sumario, por lo que seguramente las personas que fueran llamadas a comparecer en la comisión, si se creara, no podrían aportar datos relevantes.
La iniciativa de Ciudadanos incluía un segundo punto, referido al reconocimiento al trabajo de las fuerzas de seguridad en la lucha antiterrorista. Si los proponentes hubieran aceptado una votación separada, este punto hubiera salido adelante, pero Girauta no ha querido trocear el texto.
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