Los partidos políticos están ultimando los nombres que aparecerán en las listas electorales del próximo 28 de mayo. Siempre hay alguna que otra sorpresa en ellas, bien sea por las ausencias o por la nuevas incorporaciones. De hecho, ha llamado la atención que la candidatura del Partido Popular, liderada por Daniel Sirera, cuente con el fichaje como independiente de Tomás Ragué quien forma parte, desde el año pasado, del Comité Ejecutivo Nacional de Centrem, una formación surgida de la antigua Convergència i Unió. En dicho comité hay nacionalista, soberanistas, catalanistas y federalistas.
El líder popular catalán le ha colocado en el octavo lugar en su lista. Previsiblemente, Ragué no consiga el acta porque ya que el partido de que lidera Alberto Núñez Feijóo parte con dos representantes y las encuestas señalan que podría duplicar o triplicar sus resultados hasta alcanzar los cuatro o seis concejales, tal y como publica The Objective.
Ante la sorpresa que el fichaje ha causado en los populares, Sirera ha defendido a Ragué asegurando que «nunca ha pedido la independencia de Cataluña» ni ha defendido el referéndum unilateral. Además, ha destacado que quiere abrir el partido a gente como él. De hecho, Sirera se define como «moderado, catalanista y español» y no duda que «si hubiera diez más como él, los metería». Además, apunta que Santiago Fisas, otro histórico del PP catalán que en 2019 se fue a la Lliga Democràtica, cerrará su lista del 28-M.
Según explicó el PP de la Ciudad Condal en un comunicado, Tomás Ragué es un conocido abogado barcelonés con más de 35 años de experiencia profesional en civil, mercantil y administrativo. En la actualidad es el secretario del Real Club de Polo de Barcelona.
En 2022, Ragué se unió al proyecto liderado por la expresidenta del PDeCAT y exconsejera de Empresa Àngels Chacón. Centrem representa el nacionalismo moderado que rechaza la unilateralidad y la desobediencia de la leyes españolas. Eso sí, los partidos que forman Centrem consideran que Cataluña es un sujeto político y que, por sus rasgos diferenciales del resto de España, es una nación que debe autogobernarse y poder decidir su futuro. Incluso decidir sobre la independencia mediante un pacto con el Estado que facilite ese referéndum, aunque sea para votar unos que sí y otros que no.