El relato oficial sostiene que ETA ha desaparecido. PSOE y PP están de acuerdo, sólo que divergen en el reparto de méritos. Los primeros ponen el acento en la negociación que llevaron a cabo Zapatero, Rubalcaba y Eguiguren. Los segundos, señalan a la Policía y la Justicia. En cualquier caso, lo que ambos llaman derrota del terrorismo ha incluido la excarcelación de Iñaki de Juana Chaos (PSOE) y Josu Uribetxeberria Bolinaga (PP), la normalización y pactos con Bildu en las instituciones y la votación en contra de ilegalizar a las formaciones separatistas. Grosso modo, esta ha sido la política de Estado frente a ETA en las dos últimas décadas.
El rasgo característico de esta política de Estado, como en otros campos, es que el PSOE lleva la batuta y el PP acaba arrastrado a sus posiciones. En este caso, Zapatero había preparado el terreno y quizá por eso Rajoy apenas tuvo problemas para explicar el giro de 180 grados en su política antiterrorista al llegar a la Moncloa: pasó de sacar a millones de españoles a las calles para protestar por la negociación PSOE-ETA a espaldas del Parlamento a asumir la misma.
Rajoy, a Zapatero: «Haz lo que tengas que hacer»
Por supuesto, los populares estaban al tanto de las negociaciones de Jesús Eguiguren con los restos de Batasuna. Rajoy, a mitad de camino entre la cobardía y la pereza, dio vía libre a Zapatero para negociar con los terroristas: «Habla y haz lo que tengas que hacer». Como en tantos otros asuntos, el PP acababa asumiendo aquello que criticaba, y esto es fundamental, porque sin esta sumisión ninguno de los atajos socialistas al margen del Parlamento y las instituciones acabarían convirtiéndose en política de Estado.
El momento que confirmó esta transformación se produjo con la derogación de la Doctrina Parot. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos acabó con la jurisprudencia por la cual la reducción de penas por beneficios penitenciarios se aplicaba sobre la pena total y no respecto al máximo legal permitido de permanencia en prisión. Decenas de etarras fueron excarcelados y Rajoy aceptó a pies juntillas la decisión de un Tribunal, hay que recordar, dependiente del Consejo de Europa, institución que no ha votado nadie pero decide cuestiones internas de relevancia. Desde entonces, la posición del PP frente a Bildu ha sido la de aceptarlo como a cualquier otro actor político.
Maroto y sus pactos con Bildu
Esa resignación tan propia del marianismo pronto adquirió un cariz impostado. En 2013 el alcalde de Vitoria, Javier Maroto, presumía de sus pactos con Bildu. «No me tiemblan las piernas para llegar a acuerdos con nadie. Y creo que eso es bueno. Ojalá sucediese en más foros. Ojalá cundiese el ejemplo, no hay ningún inconveniente para el acuerdo, el acuerdo es bueno […] yo he tenido el coraje de llegar a entendimientos con ustedes», le dijo Maroto a Belakortu durante un debate presupuestario.
Sémper: «El futuro de Euskadi se tiene que construir también con Bildu»
Maroto, que además presumía de peluquera de Bildu y de irse a de vinos con ellos, no era un verso libre en sus filas. Borja Sémper dijo ese mismo año que «el futuro de Euskadi se tiene que construir también con Bildu«.
UPN-PP negoció los presupuestos de Navarra con Batasuna en 1993
Mucho antes, en 1993, el Gobierno de UPN y PP en Navarra negoció los presupuestos con Batasuna cuando ETA aún asesinaba. Así lo cuenta Diario de Navarra: «El Gobierno de Navarra, liderado en 1993 por Juan Cruz Alli y Miguel Sanz (UPN-PP), tenía la necesidad de aprobar los Presupuestos. Lo había intentado sin éxito. Allí estaba en minoría y decidió abrir las negociaciones a todos los grupos del Parlamento: PSN-PSOE, EA, IU y también Herri Batasuna, que tenía 6 escaños. Allí recibió en el Palacio un par de veces a Patxi Zabaleta y Adolfo Araiz, discutieron algunas partidas y al final no hubo acuerdo».
El PP rechazó las propuestas de UPyD y de VOX para la ilegalización del brazo político de ETA
Más recientemente, en 2012, es la votación que UPyD trajo al Congreso para ilegalizar a Bildu y Sortu: todos los grupos votaron en contra de tomar en consideración una proposición de ley del partido de Rosa Díez para endurecer la ley de partidos ampliando los supuestos para dejar fuera de las instituciones a formaciones como Amaiur, Sortu y Bildu. Más tarde, en 2020, el Partido Popular tampoco apoyó la propuesta de VOX de modificación de la Ley de Partidos con el fin de facilitar la ilegalización de formaciones políticas que quieren «destruir la unidad de España», incluido Bildu.
El blanqueamiento del PP a Bildu llega hasta fichar a un proetarra para sus listas
Esta normalización de Bildu la escenifica el PP al elegir como número tres en las listas de la localidad vizcaína de Güeñes al que fuera portavoz de Bildu, José Manuel Gómez, para las municipales del 28 de mayo. Ante el revuelo causado, Gómez finalmente ha dimitido.
Feijoo, Bendodo y Gamarra: la equiparación de VOX con Bildu
No parece que la herencia recibida incomode lo más mínimo a Núñez Feijoo, adaptado de pleno a los nuevos tiempos. En enero se ausentó de la manifestación contra Sánchez en Cibeles para no ser fotografiado junto a Abascal. Un mes después, Feijoo no tuvo reparos en desfilar en la misma alfombra roja de los premios Goya que el músico proetarra Fermín Muguruza, simpatizante de Bildu, activista por la excarcelación de terroristas presos y candidato en las listas de Euskal Herritarrok.
Este mismo curso también hemos sido testigos de las comparaciones entre Bildu y VOX. El coordinador general del PP, Elías Bendodo, metió a la formación de Abascal en el mismo saco que a la de Otegui y partidos golpistas: «Podemos, VOX, Bildu, ERC, Junts… esos son los que dicen que suman, pero que luego dividen». La distancia con VOX también la ha remarcado la portavoz popular en el Congreso, Cuca Gamarra, que asegura que hay «líneas que les distancian enormemente» y que está «más lejos de VOX que del PSOE«.
El PP tendrá una próxima oportunidad de volver a blanquear al brazo político de ETA
Muy pronto el PP podrá demostrar en el Congreso cuál cree que es el lugar que corresponde a Bildu. Será durante la votación de la iniciativa de VOX en la que pide ilegalizar a la formación de Otegui después de que haya incluido a 44 etarras (siete con delitos de sangre) en las listas para las elecciones del 28 de mayo.