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MIENTRAS SE DIFUNDE EL DISCURSO DE LA «PLENA INTEGRACIÓN»

España es el país en el que más han crecido los abortos de bebés con síndrome de Down

Dos personas con síndrome de Down. Europa Press

La población con síndrome de Down tendría que ser cada vez más numerosa en un mundo en el que la maternidad se retrasa, en el que la esperanza de vida de las personas con esta alteración cromosómica es más alta y en el que, en teoría, se defiende la plena integración de las personas con discapacidad. Sin embargo, aunque cada vez se conciben más niños con este síndrome, hoy nacen menos que nunca. Y España es una de las naciones en la que menos lo hacen del mundo.

En el país, hay sólo 32.048 personas con esta alteración, y la mayoría tiene entre 35 y 49 años (un 52% del total). Mientras que en los años 60 casi 20 de cada 10.000 niños nacían con este trastorno, hoy sólo lo hacen cinco de cada 10.000. Y esta drástica reducción está íntimamente relacionada con la realización de pruebas prenatales en embarazadas, lo que ha aumentado el número de abortos de nonatos con esta alteración.

Los países no llevan un registro de cuántos abortos se realizan porque se detecta que el feto tiene Down, pero en 2020 el neerlandés Gert de Graaf, el británico Frank Buckley y el estadounidense Brian Skotko encontraron una manera de hacer una estimación y concluyeron que en Europa, en los últimos diez años, el 54% de los embarazos en los que se detectó la presencia de la trisomía 21 terminó en un aborto.

Y de acuerdo a esa investigación, España es donde más han aumentado los abortos de estos bebés: en el período 2011-2015 el 83% de los embarazos con Down en ese país no llegó a término.

Estimaciones de la prevalencia de nacidos vivos de personas con síndrome de Down por cada 10.000 nacidos vivos (2011-2015) y el efecto de los abortos electivos.

En Islandia —país señalado por buscar la eliminación total del síndrome de Down debido a los pocos nacimientos de niños con este trastorno—, esa cifra fue del 69%.

También según ese estudio se descubrió que la proporción de abortos selectivos es mayor en los países del sur de Europa (72%) que en los nórdicos (51%) y los de Europa del este (38%).

En busca del «hijo ideal»

Que los abortos de estos bebés hayan aumentado de forma considerable en los últimos años no tiene tanto que ver con la despenalización de esta práctica, sino con motivaciones eugenésicas. «Cada vez tenemos menos descendencia y muchos padres tienen una idea muy concreta de su hijo ideal, perfecto. La discapacidad no entra en los planes de muchas familias y, por eso, deciden poner fin al embarazo», argumenta Agustín Matía, director de Down España a Abc.

La búsqueda del «hijo ideal», la práctica de la eugenesia, es contradictoria con el objetivo de la plena integración de las personas con discapacidad de la que presumen la mayoría de gobiernos. También el español. El pasado 21 de marzo, Día Internacional del Síndrome de Down, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, utilizó su cuenta en Twitter para enviar un mensaje en favor de la «plena inclusión» de las personas con este síndrome y por el «desarrollo de todos sus derechos» mientras legisla contra el principal de todos, el derecho a la vida, a través de normas que persiguen el aborto pleno.

Lo mismo hizo el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoo, quien en esta misma red social pidió por «las mismas oportunidades» para las personas con síndrome de Down que para los demás. «Están en su derecho», aseguró. Sin embargo al líder del PP no le preocupa sólo ese derecho. Preguntado por el aborto en febrero de 2023, aseguró que no es un «derecho fundamental», pero matizó después que «es el derecho que tiene una mujer de acuerdo con la legislación de su país«.

Ambos líderes, que en múltiples ocasiones se han pronunciado a favor del aborto y de leyes cada vez más laxas que regulen su práctica, también aprobaron el pasado mes de enero la reforma del artículo 49 de la Constitución que ha sustituido el término «disminuidos» por el de «personas con discapacidad».

Para las pocas personas que con esta alteración se las permite vivir, la plena integración también se queda todavía muy lejos. El 95% de las personas con síndrome de Down no logra acceder al mercado laboral, según datos de un informe de la Asociación Europea de Síndrome de Down.

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