El bautizado como submarino del Titanic continúa en paradero desconocido. Mientras tanto, conocidos perfiles políticos de izquierda y sus miles de seguidores aprovechan la situación para, de nuevo, politizar la tragedia con sus planteamientos más populistas.
La expedición de búsqueda de supervivientes está siendo comparada en estos momentos con la búsqueda de inmigrantes en las rutas marítimas de la inmigración ilegal. Según algunos personajes como Juan Carlos Monedero o Gabriel Rufián, para la búsqueda y rescate de inmigrantes ilegales no son empleados los mismos recursos. Según el que fuese fundador de Podemos, «no es verdad que todas las vidas valgan lo mismo». Y claro que no es verdad.
La izquierda utiliza la tragedia del submarino Titan para alentar la inmigración ilegal
— La Gaceta de la Iberosfera (@gaceta_es) June 22, 2023
Por Rubén Pulido (@rubnpulido)https://t.co/wP5qgUf26A pic.twitter.com/G1kPu1wjXM
Porque, si mal no recordamos, en verano del 2019 el Gobierno de España llegó a emplear el buque de la Armada Audaz para la recogida de 15 inmigrantes ilegales en el puerto siciliano de Pozzallo, lo que conllevó un elevado coste que el propio Ejecutivo no quiso aclarar, pero que se estima en cientos de miles de euros entre desplazamiento, pluses de la tripulación y combustible.
Y claro que no es verdad, porque si nos vamos a Francia, el reciente desembarco de algo más de 200 inmigrantes ilegales en los puertos de Toulon a manos del buque humanitario Ocean Viking, supuso al erario público francés más de 120.000 euros en un solo día y la movilización de más de 3.500 efectivos policiales.
Y por supuesto que no es verdad, porque si volvemos de nuevo a España, tenemos la ruta de la inmigración ilegal con destino hacia las Islas Canarias, donde únicamente la puesta en marcha de operaciones de búsqueda y rescate por parte de Salvamento Marítimo, supone el empleo de numerosos buques, helicópteros e incluso aviones de la entidad pública. Operaciones de búsqueda y rescate, en las que, en algunas ocasiones, se producen desplazamientos cercanos a los 1.000 kilómetros en buques que emplean el consumo de decenas de miles de litros de combustible.
Todo esto sin contabilizar los cientos de miles de euros que supone la activación de recursos de acogida, el empleo de cientos de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la activación de numerosos dispositivos de emergencia para el desembarco en puertos españoles de esta inmigración ilegal.
Por vuestro bien, evitemos hacer cálculos.
