«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Los alemanes reclaman una reforma de la política de asilo a Merkel

Un porcentaje aún mayor, un 68 %, comparte el parecer de la jefa del Gobierno de que debe alcanzarse un consenso en política migratoria a escala de la Unión Europea (UE), en lugar de pretender impulsar soluciones unilaterales o cerrar las fronteras.


La mayoría de los alemanes quiere que la canciller Angela Merkel siga al frente del Gobierno del país, pero apoyan al mismo línea la línea restrictiva al asilo que pretende imponer el líder bávaro y ministro del Interior, Horst Seehofer.
Según una encuesta difundida hoy por el semanario «Der Spiegel», un 58 % de los ciudadanos apoyan que Merkel siga en la Cancillería, frente al 36 % que se pronuncia en sentido contrario.
Un porcentaje aún mayor, un 68 %, comparte el parecer de la jefa del Gobierno de que debe alcanzarse un consenso en política migratoria a escala de la Unión Europea (UE), en lugar de pretender impulsar soluciones unilaterales o cerrar las fronteras.
Al mismo tiempo, una clara mayoría -un 61 %- apoya la línea de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) que dirige Seehofer de que debe devolverse a los refugiados sin perspectivas de poder ser reconocidos como tales al país donde se registraron como solicitantes de asilo tras ingresar en la UE.
Este es el punto principal de fricción entre Merkel y su ministro de Interior, que desde hace semanas presiona a la canciller para que respalde su denominado «plan maestro» en materia migratoria, con 63 apartados, incluido el de la devolución de esos peticionarios de asilo.
Seehofer emplazó el pasado lunes a la canciller a dar con una solución europea hasta la próxima cumbre de la UE, el 28 y 29 de junio y amenazó con implantar de nuevo los controles fronterizos, en caso de que no conseguir ese objetivo, haciendo uso de sus competencias como titular de Interior.
Pese a esa teórica moratoria hasta final de mes, desde la CSU bávara se ha redoblado el desafío hacia la línea de Merkel en los días pasados, tanto por parte del ministro como del resto del partido.
En juego está la supervivencia de la gran coalición que integran la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller, su hermanada CSU y el Partido Socialdemócrata (SPD), formada hace menos de cuatro menos tras un trabajoso proceso negociador.
La CSU ha amenazado reiteradamente romper su alianza histórica con la CDU, partido que con el que desde 1949 ha formado el bloque conservador del Parlamento (Bundestag).
Inicialmente se vio este pulso como una estrategia electoral de cara a los comicios regionales del próximo otoño en Baviera, el «Land» donde la CSU es partido dominante desde hace décadas y donde la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) podría convertirse en segunda fuerza.
Ahora en la mayoría de los medios del país se da por hecho que esa ruptura podría materializarse y se apunta incluso a un fin de la era Merkel, tras más de doce años en el poder.
Las expectativas de la canciller están depositadas en la cumbre informal que mantendrá mañana en Bruselas con varios líderes de la UE, centrada en la política de asilo y convocada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Merkel, quien esta semana ha intensificado sus contactos con líderes europeos y realizado una gira por Jordania y Líbano, ha admitido la dificultad de alcanzar un consenso entre los 28 e insiste en la vía de los acuerdos bilaterales con los países más afectados por la inmigración ilegal y refugiados.

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