«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Madrid estudiará «con espíritu crítico» el retraso en la atención a un joven que murió ahogado esperando UVI móvil

El consejero madrileño de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha reiterado que la Comunidad estudia «con espíritu crítico» la respuesta médica que se dio a un joven que murió tras un retraso en el envío de una UVI móvil, y que analizará los protocolos, aunque éstos se elaboran a nivel nacional.

En declaraciones en Antena 3, el consejero ha pedido «prudencia» a la hora de analizar este caso porque existe un procedimiento administrativo abierto con una reclamación patrimonial por parte de los padres del fallecido, un joven de 23 años.

Aitor García Ruiz murió en enero de 2018 después de que un médico del Summa 112 infravalorara, según la familia, los síntomas de ahogo que refería, con el consiguiente retraso en el envío de una UVI móvil, que tardó más de veinte minutos en llegar al domicilio familiar.

Ruiz Escudero ha explicado que hay una inspección abierta por parte de un cuerpo «independiente», que valorará la actuación del médico que atendió la llamada de la madre al 112 y los protocolos que se aplicaron desde que se recibió la primera llamada hasta el ingreso del chico en el hospital.

La Comunidad de Madrid, ha insistido, va a estudiar este caso «con espíritu crítico» para averiguar qué ocurrió porque cuando se produce un caso así hay que abordarlo «con absoluta imparcialidad y ojo crítico».

En todo caso, el consejero ha recordado que los protocolos de actuación se elaboran a nivel nacional y están contrastados con sociedades científicas y con médicos de todas las comunidades autónomas que hacen aportaciones en función del día a día que viven en la atención a las emergencias.

Respecto al médico que atendió la primera llamada, Ruiz Escudero ha señalado que al estar abierto un expediente administrativo no se conoce su identidad, «se mantiene el anonimato», aunque ha reprochado que la «empatía» que demostró durante la conversación telefónica «no fue la que tuvo que ser, es evidente».

Ha recalcado que los médicos que atienden las llamadas al 112 «no hacen diagnósticos», pero «sí deciden sobre qué recursos activar y cuándo hacerlo» y en este caso, según el consejero, en la llamada «se escucha claramente que (el joven) se ahoga».

Es cierto, según Ruiz Escudero, que, según el protocolo, cuando una paciente refiere una insuficiencia respiratoria «se pide hablar con él», pero «valorando esa situación tan crítica y dramática, tan al límite, entiendo que la actitud tendría que haber sido otra».

El consejero ha rechazado que el retraso en el envío de una UVI se deba a recortes -«el presupuesto sanitario lleva subiendo cuatro años, y en la pasada legislatura se incrementó casi 800 millones», ha afirmado-, por lo que este caso «no es un problema de recursos».

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