El dossier Cifuentes fue ofrecido a un periódico nacional dos días antes de que la presidenta compareciera en el Congreso por las acusaciones de Granados
Lo cuenta en ABC la cronista Mayte Alcaraz, que titula su crónica con un significativo El último dique frente a Rivera.
Señala, entre otras cosas, que Mariano Rajoy está lo suficientemente preocupado por la comparecencia de Cifuentes en la Asamblea de Madrid para hablar de su Máster como para llamar por teléfono desde Argelia a la protagonista. El PP no puede perder Madrid. No ante Ciudadanos.
Pero lo más preocupante, o quizá lo más esperado, es lo que cuenta Alcaraz sobre cómo salió a luz el dossier de la discordia. Veamos:
“Hay una hipótesis sobre la mesa política: la presidenta de la Comunidad se benefició de un chanchullo universitario para obtener un postgrado en la Universidad Rey Juan Carlos”, comienza Alcaraz, que pronto pone por escrito la que sería la versión b de lo ocurrido en la Universidad: “Corría 2012 y la aspirante a delegada del Gobierno, un miembro del PP entonces desconocido, decide matricularse en el Máster Universitario en Derecho Público del Estado Autonómico animada por algunos amigos que también lo hacen y por profesores cercanos que necesitan completar el número de alumnos exigido para impartir el postgrado. La necesidad de obtener quorum obliga a la Universidad a ampliar, más allá de lo permitido, los plazos de matriculación en una clara irregularidad académica”.
A partir de ahí, las presuntas irregularidades ya conocidas y, atención, una revelación: “En una reunión dos días antes de que Cifuentes comparezca en el Congreso para responder sobre las acusaciones de Francisco Granados, el dossier, conocido en instancias no lejanas al PP, le es ofrecido a un periódico de tirada nacional que decide no publicarlo por su escaso sustento documental. Finalmente un medio digital, eldiario.es, que sí consigue los documentos, lo lleva a portada”.
¿Quién filtró el dossier de la presidenta regional? ¿Con qué intenciones? ¿Es la teoría del fuego amigo real? Y, sobre todo… ¿no se les habrá ido de las manos? Dudas sobre otra novela política de esas en las que no todo es lo que parece.
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