Destaca la compra por un millón de euros del Bloc 17, un edificio de cuatro plantas y más de 800 metros cuadrados para disfrute de Arran -los cachorros de la CUP- y el Comité de Defensa de la República (CDR).
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es muy permisiva con las entidades que son de su corriente ideológica y ha destinado más de 35 millones de euros para estos colectivos, según ha denunciado el PP.
Ada Colau abre ‘embajadas radicales’ en barrios de #Barcelona. Al menos 35 millones de euros en adquirir o rehabilitar inmuebles donde instalar afines ideológicos, antisistemas y próximos a la CUP. Y además un agravio para entidades sociales que no reciben apoyo #stopColau pic.twitter.com/8cJiS0XstQ
— Alberto Fernández (@albertofdezxbcn) 7 de marzo de 2018
«Con Ada Colau al frente, el Ayuntamiento está invirtiendo más de 35 millones en embajadas que podríamos llamar radicales, de grupos antisistema vinculados a la CUP o ideológicamente vinculados al actual Gobierno de la ciudad», dice Alberto Fernández, portavoz del grupo, antes de reclamar a la regidora que «ponga fin a esta política de compra de edificios y cesión de equipamientos a grupos radicales -afines a la marca blanca de Podemos y a la CUP, «y no precisamente por servir al asociacionismo ni a la finalidad social que ha de perseguir cualquier entidad del barrio».
Destaca, por ejemplo la compra por un millón de euros del Bloc 17 -en la plaça d’Eivissa-, un edificio de cuatro plantas y más de 800 metros cuadrados para disfrute de Arran -los cachorros de de la CUP- o el Comité de Defensa de la República (CDR) del barrio.
‘Pro-incívica y pro-okupa’
Fernández ya tachó a la alcaldesa de «pro-incívica» y «pro-okupa», porque promueve desde su permisividad el incivismo y a los antisistema». «Colau permite que ser incívico en Barcelona salga gratis», ya que el 85% de las sanciones no se cobran, resaltó en un comunicado.
En este sentido, criticó que las infracciones por incumplimiento de la Ordenanza bajaran el año pasado un 19,8%, según él, por falta de persecución de hechos como el ‘top manta’ -19% menos- y el consumo de alcohol en la calle -20% menos-. «Con una alcaldesa que permite el incivismo y que consiente a los ‘okupas’, Barcelona tiene una imagen de ciudad en la que todo vale y todo se permite», finalizó.
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