«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Estudian llenar los pueblos de refugiados para frenar la crisis demográfica

La diputación de Valladolid ha cofinanciado junto a la Unión Europea un estudio que busca minimizar los efectos de la despoblación mediante la acogida de refugiados e inmigrantes subsaharianos.

El experimento pide sacar partido a la cuota de refugiados impuesta por Bruselas a España, por la que tiene que acoger casi 18.000 refugiados antes del 26 de septiembre. Por el momento sólo ha reubicado al 13%, un dato muy inferior al estipulado por la Comisión Europea.

Martín Rodríguez, líder del proyecto y profesor emérito de la Universidad de Valladolid, afirma que los pueblos del interior de España serían un buen destino para estos demandantes de asilo, tal y como recoge El Confidencial. Recuerda que las cuotas son obligatorias y que habría que evitar la llegada de refugiados a las grandes ciudades y enviarlos a los pueblos más deprimidos demográficamente para intentar revitalizarlos.

Rodríguez desvela que se han realizado talleres para explicar qué es un refugiado, encuestas sobre la aceptación entre los ciudadanos de estas medidas y estudios sobre los recursos económicos e infraestructuras de las diferentes localizaciones candidatas.

Afirma que, a la luz de los resultados, los residentes parecen dispuestos a acoger a miles de demandantes de asilo para revitalizar sus municipios. Sin embargo, El Confidencial ofrece una de las encuestas realizadas por el equipo de trabajo sobre el origen de los inmigrantes con los que la ciudadanía se sentiría más cómoda. Si bien la población hispanoamericana y china es aceptada de manera muy positiva por los vecinos, entre los datos no hay ni rastro de los refugiados del Norte de África o de Oriente Medio. Se limitan a hablar de ‘personas negras’, con una ‘aceptación media’ del 71%.

Los riesgos de la medida

Valladolid no es el único lugar interesado en el estudio ya que, según informa el diario, Salamanca también está valorando esta opción. Pero, ¿qué impacto tendría repoblar los pueblos deprimidos con cientos de refugiados? El impacto cultural sería de dimensiones considerables, así como el económico, ya que los inmigrantes deberían tener acceso a puestos de trabajo y ayudas sociales.

De no ser así, estas localidades correrían el riesgo de convertirse en auténticos guetos, tal y como sugiere a El Confidencial el catedrático y experto en despoblación, Francisco Burillo: «Solo se puede repoblar creando empleo. Si no, corremos el riesgo de crear campos de refugiados como en Turquía, Italia o Grecia, o convertir los pueblos en ‘guetos’ de gente que no trabaja ni habla el idioma’’.

Las alternativas

Las élites globalistas, encabezadas por el multimillonario George Soros, defiende la apertura de fronteras y la llegada masiva de inmigrantes a Europa. Frente a estas tesis, un pequeño grupo de naciones del oriente europeo -el Grupo Visegrado– ha plantado cara a las cuotas impuestas por Bruselas.

Hungría, República Checa, Eslovaquia y Polonia han defendido en numerosas ocasiones la defensa de las fronteras europeas externas y la solución de los conflictos en los lugares de origen. Poco a poco este pequeño grupo rebelde ha ido sumando más apoyos, como es el caso de Austria o Croacia, dos de los grandes damnificados por la grave crisis migratoria alentada por Angela Merkel.

Estos países denuncian el impacto cultural que supondría la llegada de miles de demandantes de asilo y abogan por acometer políticas para fomentar la natalidad, que en naciones como Polonia ya están dando sus frutos.

Allí, desde que el Gobierno de la conservadora Szydlo impulsara un plan para ayudar mensualmente a los nuevos padres, los nacimientos han aumentado de manera significativa: en el primer trimestre de 2017 ya había nacido un 10% más de bebés que en el mismo periodo del año anterior.

El plan de la ONU para España

A través de El País, los españoles conocíamos en octubre de 2016 el programa puesto en marcha por la ONU para nuestro país. Naciones Unidas, que desde el comienzo de la crisis de refugiados abogó por la acogida masiva de solicitantes de asilo, aseguró que España deberá recibir a 12 millones de inmigrantes -unos 240.000 al año- hasta 2050 para mantener su actual fuerza de trabajo. Tal y como publicaba La Gaceta este mes de julio,

Las estimaciones de la División de Población subrayaron que, junto al resto de países de la UE, España se verá abocada a recurrir a mano de obra extranjera para conservar sus cifras de población.

Y parece que nuestros líderes están por la labor de seguir los dictados de la ONU. El ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, explicaba este lunes que España se ha ofrecido a dar asilo a más demandantes en los últimos meses pero, según ha detallado, éstos no han llegado por las «dificultades» en el procedimiento y porque el país se debe atener «a lo que ofrecen los gobiernos de Italia y Grecia».

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